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Hispanos cambian Sabor de Nueva Orleáns

Quien quiera pruebas de que el huracán Katrina transformó el panorama étnico de Nueva Orleáns -generando nuevas tensiones- sólo tiene que ver los camiones de tacos.

Nueva Orleáns vibra de nuevo Zona

de construcción

Camiones que sirven almuerzos latinoamericanos están apareciendo en diversas partes de la ciudad, atrayendo a los trabajadores inmigrantes que acudieron a la ciudad en busca de trabajo luego que Katrina convirtiese casi todo el lugar en una zona de construcción.

Los camiones son algo común en barrios desde Los Angeles a Nueva York, pero controversiales en una ciudad que aún trata de adaptarse a la triplicación de la población hispana desde el paso del huracán.

Funcionarios en el barrio suburbano de Jefferson prohibieron recientemente los camiones, calificándoles de monstruosidades estéticas y peligros para la salud.

Las autoridades de Nueva Orleáns dicen que están abiertas a esos nuevos negocios, pero prometieron asegurar que el número de vehículos no exceda el límite municipal.

Latinos, clave en Nueva Orleáns

El sabor de México

Los restaurantes móviles son operados mayormente por familias mexicanas y centroamericanas.

“Yo estoy aquí en busca de una oportunidad. Es por ello que dejé mi país, y eso lo que me trajo aquí”, dijo María Fuentes, de 55 años, quien llegó a Estados Unidos desde México hace una década, y se estableció en Nueva Orleáns tras la tormenta.

“Esta es la primera vez yo he sido dueña de mi propio negocio y mi sueño es tener restaurantes tradicionales, no camiones, por toda la ciudad”.

Los camiones tienen inscritos nombres en español como “La Texanita” y “Taquería Buen Gusto”, y como los vendedores callejeros en Latinoamérica, sirven platos como carne asada, cerdo y pollo, aderezados con cilantro y rábanos.

Mejor que otros

Zona de construcción

Entre las bebidas están refrescos con sabor a tamarindo y guayaba, a menudo en botellas estilo antiguo que requieren el uso de abridores.

“Es mejor que Taco Bell, sin dudas”, dijo Michael Gould, de 53 años, mientras esperaba en cola junto al camión de Fuentes durante la hora de almuerzo.

Con todo, el concejal de Jefferson que limitó la presencia de camiones dijo que eran un rezago indeseado del huracán.

“Estamos bregando con viviendas destruidas, viviendas precarias de FEMA (el servicio de emergencias), viviendas abandonadas”, dijo Louis Congemi, cuya ordenanza entra en vigencia este fin de semana y se espera que expulse a los camiones de tacos.

“Es una de tantas cosas que tratamos de controlar para devolver a nuestro barrio a la normalidad”.

Congemi añadió: “La higiene de esos vehículos causa preocupación”.

Licencias al día

Los archivos del estado de Luisiana indican que se han otorgado unas 40 licencias para camiones-taquerías en los barrios de Jefferson y Orleáns. Como todos los vendedores callejeros, se someten a una inspección anual.

“Están al día con sus licencias”, dijo el vocero Bob Johannessen. “No hemos recibido quejas sobre la calidad de la comida ni nada que cause preocupación a la salud pública”.

Nueva Orleáns dice que la población hispana ha crecido, de 15 mil antes de la tormenta a unos 50 mil en la actualidad. La población general ha caído de 450 mil antes de Katrina a 250 mil.

Fuentes opera su taquería con sus hijas Karina, de 31 años, y Carina, de 20, y su socio Pedro Reyes, de 57. Dice que se despiertan a las 4 de la mañana para preparar todo y se instalan en la esquina de los bulevares Canal y Robert E. Lee a las 8.

Terminan de trabajar a las 6 de la tarde, después de asear la cocina.

Toda la fortuna

Usaron $52 mil dólares de sus ahorros para iniciar el negocio.

Fuentes dijo que hace poco cancelaron los costos iniciales y ahora están ahorrando para su primer restaurante sin ruedas.

“Es lo que llaman el Sueño Americano, ¿no? Me gusta a gente de Nueva Orleáns, queremos vivir y tener nuestro negocio aquí”, concluyó.

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