Expertos examinan veracidad de propiedades nutritivas que ciertos productos afirman tener
Los consumidores que eligen un producto basados en las propiedades nutritivas que leen en la envoltura pueden sentirse confiados de que dichas aseveraciones son verdaderas y no sólo se trata de un recurso publicitario para incrementar las ventas, así lo afirmaron varios expertos durante una reciente conferencia.
Así que si en la lata de su jugo de verduras favorito dice que éste equivale a una porción completa de verduras o si el empaque de galletas de trigo integral menciona que son una buena fuente de fibra, créalo, ya que para poder hacer estas afirmaciones los fabricantes tuvieron que someter el contenido de sus productos a una minuciosa evaluación por parte de la Administración de Alimentos y Medicinas de Estados Unidos (FDA, por su siglas en inglés).
Los participantes en el simposio, realizado el pasado mes de mayo por el Robert Mondavi Institute’s Center for Fruit and Vegetable Quality de la Universidad de California en Davis, dijeron que los fabricantes han descubierto que las afirmaciones sobre propiedades nutritivas y de salud en las envolturas de los alimentos impulsa a los consumidores a comprar ciertos productos, pero que dichas afirmaciones son cuidadosamente reguladas por la FDA para proteger al público.
“Los comerciantes de productos básicos se interesan cada vez más en colocar en sus etiquetas y darle publicidad a las contribuciones que hacen sus productos a la buena salud”, dijo Diana Barrett, directora del Centro para la Calidad de Frutas y Verduras.
La conferencia se enfocó en los requisitos que deben cumplirse para poder hacer afirmaciones sobre los beneficios nutritivos o de salud de un producto, aunque también se discutió el tema de las etiquetas de los alimentos y la publicidad y páginas de Internet que ofrecen información sobre frutas, verduras y los productos hechos con ambos.
Barbara Schneeman, directora de la Oficina de Nutrición, Etiquetas y Suplementos Dietéticos de la FDA, recordó que la Ley de Etiquetas sobre Nutrición y Educación de 1990 permite que un fabricante incluya en las etiquetas de sus productos información sobre el contenido nutritivo y de salud, con el propósito de asistir a los consumidores a mantener hábitos alimenticios saludables y protegerlos contra información engañosa y sin fundamento, entre otros.
La FDA regula el uso de afirmaciones sobre el contenido nutritivo de un producto en base a cuatro categorías:
Afirmaciones sobre pautas de nutrición – por ejemplo, “las frutas y verduras son parte de una dieta saludable”.
Afirmaciones que apoyan la nutrición – por ejemplo, “ayuda a promover el buen funcionamiento de las vías urinarias”.
Afirmaciones sobre el contenido nutritivo – por ejemplo, “una excelente fuente de calcio”.
Afirmaciones sobre beneficios para la salud – por ejemplo, “las dietas bajas en sodio pueden ayudar a reducir el riesgo de hipertensión, una enfermedad asociada con muchos factores”.
Cuando los fabricantes o cultivadores de un producto desean usar una afirmación sobre salud deben someter una petición ante la FDA, agencia que revisa toda la evidencia científica disponible para determinar si realmente apoya lo afirmado por el fabricante. Este tipo de declaraciones se hacen en torno a las propiedades que tiene un alimento para mantener la salud y no puede sugerir que éste ayuda en el diagnóstico, prevención, cura, tratamiento o mitigación de una enfermedad o una condición relacionada con la salud.
Schneeman, profesora emérita de UC Davis, dijo que hace un par de años, la FDA tuvo que enviar cartas a compañías que producían, promovían y distribuían productos a base de cerezas, arándanos azules, granadas y manzanas. En sus etiquetas, aseguraban que la fruta ayudaba a combatir el cáncer, enfermedades del corazón y la diabetes, además de que ofrecía alivio contra la artritis, la gota, las migrañas y la fibromialgia y trataba el Alzheimer y la degeneración macular.
“Esta aseveración podría causar que los productos fueran considerados como nuevos medicamentos no aprobados”, mencionó Scheneeman. “Para que un producto sea aprobado como un medicamento se debe cumplir con requisitos diferentes”.
Durante la conferencia también se habló sobre el nuevo eslogan de la campaña de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) para promover el consumo de frutas y verduras.
“Fruits & Veggies-More Matters” (Frutas y verduras-entre más, mejor) reemplaza al antiguo eslogan “5 a Day” (5 al día).
Clare Hasler, directora ejecutiva del futuro Robert Mondavi Institute for Wine and Food Science, recordó que “existe un fuerte vínculo entre un incremento en el consumo de frutas y verduras y una reducción (del riesgo de desarrollar) de cáncer”.
La Pirámide de los Alimentos de 1992 recomendaba el consumo de cinco a nueve porciones de frutas y verduras al día, pero la guía actualizada del 2005, conocida como MiPirámide, recomienda entre nueve a 13 porciones de frutas y verduras al día.
Sin embargo, según dijo Hasler, a pesar de la evidencia divulgada durante la última década que comprueba que el consumo de frutas y verduras promueven la buena salud, su consumo se ha reducido entre los estadounidenses.
De acuerdo con una investigación del National Center for Chronic Disease Prevention, en 1994, los hombres y mujeres estadounidenses comían un promedio de 3.43 porciones de frutas y verduras diariamente; en 2005, el consumo se redujo a 3.24.
“Eso es muy lamentable”, expresó Hasler, “ojalá y que las cosas cambien”.