EU Restringe Entradas por San Isidro aumentan controles en paso Fronterizo

Por el cruce de San Isidro transitan unas 20 mil personas cada día. La nueva regla dificultará el tránsito de inmigrantes

Las personas que utilizan el paso elevado de San Isidro para entrar a Estados Unidos -el cruce más transitado de la frontera con México-, están perdiendo una cantidad de comodidades debido a nuevas medidas de seguridad que algunos consideran innecesarias.

La medida anterior

El año pasado, el servicio de Protección de Aduanas y Fronteras (PAF) cerró un carril especial para bicicletas que le evitaba a las personas sobre dos ruedas hacer colas de una hora.

También dispuso que la gente en silla de ruedas, con bastones o muletas deba hacer la cola igual que los demás, prohibiendo que se adelanten, como en el pasado.

Ahora esa agencia se propone clausurar un puente para pedestres que pasa por encima de 30 carriles de autos, en el cual se han registrado robos y ataques.

Punto de observación

Ese puente permite también a contrabandistas de personas observar cómo se están manejando los inspectores debajo de ellos, afirman las autoridades.

“Si viviésemos en un mundo ideal, no lo cerraríamos”, expresó Adele Fasano, director de la oficina del PAF en San Diego.

Si se confirma cierre de este puente, muchas de las aproximadamente 20 mil personas que cruzan ese paso diariamente tendrían que caminar un kilómetro y medio (casi una milla), hasta la Interestatal 5, que tiene un par de estrechos pasos elevados a ambos lados de una carretera de cuatro carriles para autobuses y taxis.

“El tráfico se paralizaría”, se quejó Thomas Currie, presidente de la Cámara de Comercio de San Ysidro.

Advierten problemas

El representante demócrata Bob Filner, de San Diego, escribió una carta al PAF en la que dice que el cierre del puente de San Ysidro plantearía “graves problemas de seguridad a los pedestres, especialmente de noche”.

Los funcionarios del PAF dicen que están tomando en cuenta las inquietudes de la gente y hablaron de la posibilidad de cerrar el puente en las primeras horas de la mañana, cuando no circulan autobuses ni tranvías.

El gobierno expresó inquietud por la situación en el puente en marzo, cuando se postergó hasta el 2014 un proyecto de $550 millones para expandir y reconstruir el viejo puente.

Anthony Amore, de 43 años, cruza seis veces por semana el puente y dijo que a veces observa desde arriba cuando los inspectores utilizan perros para examinar vehículos.

Los agentes le gritan a él y a los demás curiosos que no se detengan.

Otras ciudades a lo largo de la frontera han ensayado carriles para bicicletas, aunque no se tiene noticias de que estén funcionando en cruce alguno.

Los inspectores generalmente dejan que las personas con incapacidades se adelanten en la cola y ningún funcionario dice estar al tanto de que se haya suspendido esa costumbre en otros cruces.

Cruce poco complicado

La gente que cruza a pie en dirección hacia México debe pasar por una serie de molinetes, mientras que los que ingresan a Estados Unidos deben pasar por 14 cabinas con inspectores.

Los estadounidenses que van a México en busca de tratamiento médico de bajo costo, medicinas baratas o para pasear generalmente dejan sus autos en una gigantesca playa de estacionamiento cerca de los molinetes. Cuando regresan, no les toma mucho tiempo llegar a los vehículos.

Muchas de las personas que cruzan a pie son mexicanos que vienen de compras o a visitar familiares o amigos.

En su mayoría tienen visas que les permiten ingresar al país por un máximo de 30 días y no alejarse más de 25 millas (40 kilómetros) de la frontera.

A ambos lados del puente hay negocios, restaurantes y playas de estacionamiento.

Negocio clausurado

En abril del 2006, el PAF cerró un carril especial para bicicletas porque la gente alquilaba bicicletas desvencijadas por unos pocos minutos, pura y exclusivamente para evitar las colas.

Las autoridades retiraron los privilegios a los ancianos e incapacitados porque decían que no tenían forma de comprobar si los males eran reales o fingidos.

“Uno trata de ayudar, y la gente comienza a abusar de los privilegios”, afirmó Fasano.

No hubo mucha oposición al cierre del carril de bicicletas y a la eliminación de los privilegios para los incapacitados, pero el cierre del puente para pedestre fue criticado por líderes cívicos y empresariales.

Primeros reclamos

Terry Brown, veterano de Vietnam, herido durante la guerra, que vive en Tijuana, cruza la frontera dos veces por semana para ver a su médico en territorio estadounidense y se mostró irritado con la decisión de quitarle privilegios.

“No quiero tener que caminar hasta el fin del mundo para cruzar”, se quejó Brown.

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