
¿Eres una persona proactiva o reactiva?
En la vida diaria nos encontramos con dos tipos de personalidades, sus comportamientos y forma de ver la vida, nos dan la pauta para identificarlas, pero en realidad es que antes que saber identificarlas o detectarlas, primero debemos identificar si nosotros tenemos una personalidad reactiva o proactiva.
Una persona proactiva es aquella capaz de controlarse al margen de lo que sucede a su alrededor, evitando reaccionar ante lo inesperado. Asume, de forma consciente, la corresponsabilidad de su conducta para decidir cómo quiere actuar y cómo sentirse ante los estímulos que percibe, teniendo siempre en cuenta sus objetivos para generar nuevas oportunidades.
Un individuo reactivo es totalmente lo opuesto, son en su mayoría irresponsables con ellos mismos, culpan a su entorno en lugar de hacerse cargo de sus comportamientos y reacciones. El pesimismo pueden llevarlo al extremo, y reaccionar negativamente a cualquier cosa que escape fuera de su control.
Algunos de los rasgos de las personas reactivas son:
– Pierden el control ante las situaciones externas adversas.
– Su bienestar o malestar interno depende en su totalidad de su entorno.
– Gastan mucha energía juzgando y criticando a los demás.
– Perciben los cambios como amenazas y por tanto, acaban rechazándolo.
– Tienden a quejarse todo el tiempo, pero no toman acción al respecto.
– Están inmersos en sus propios problemas y no buscan posibles soluciones.
– Tienen tendencia a ser negativos y pesimistas.
– Les falta iniciativa y deseos de salir de su situación.
– Culpan a todo el mundo de sus problemas, y se consideran las víctimas.
Ahora comparemos la actitud que tiene una persona proactiva:
Las personas proactivas se mueven con un pensamiento estratégico.
– Procuran ser muy positivas antes las situaciones, evitan ser víctimas.
– La creatividad es su principal herramienta para salir adelante.
– Tienen claros sus objetivos y generan acciones para lograrlos.
– Actúan manejando los imprevistos en base a los objetivos que se ha marcado.
– Su comunicación es adecuada, expresan cómo se sienten, qué opinan y qué necesitan.
– Son constantes, focalizan sus esfuerzos y acciones. Consiguen resultados tangibles, dado que siempre están orientados a los objetivos.
– Trabajan en sus fortalezas y conocen sus debilidades, confían en su capacidad y potencial para afrontar la vida de la mejor manera.
Si nos ponemos analizar conscientemente y honestamente nuestra actitud, entonces comprenderemos lo importe que es nuestra forma de tomar la vida. Vamos a vivir una vez, y hacerlo de una manera negativa no vale la pena, dicho de otra forma, hay quienes siempre tienen una actitud positiva, y hay otros que ni pichan, ni cachan y, tampoco dejan jugar.
La vida debe ser tomada tal cual, de forma práctica y como viene, y eso de estar aguantando a pesimistas, aguafiestas o como les quieras llamar, no tiene ninguna ganancia. Así que si pensamos fuera de nuestra caja, fuera de nuestro metro cuadrado, entenderemos que no somos el centro del universo, y si queremos llevar una vida más plena, productiva y próspera, tendremos que cambiar de actitud, y dejar de continuar con esa personalidad negativa que solo nos acarrea problemas a nosotros mismos. Cambiemos ya de canal, o crucemos a la calle donde una actitud hacia una vida proactiva nos está esperando.