Envejecer Saludablemente es una Decisión Personal

Envejecer Saludablemente es una Decisión Personal

Tarde o temprano todos vamos a envejecer. Por mucho que no queramos cumplir años o que nos preocupemos porque nos han salido las primeras arrugas, el tiempo sigue transcurriendo y a todos nos llega la vejez. Sin embargo, aunque no podamos escoger si envejecer o no, sí hay algo que está en nuestras manos elegir: envejecer saludablemente.
He escuchado muchas veces a gente joven decir: “cuando sea más mayor, ya no me importará cuidarme o verme bien”. Es como si la edad se convirtiese en un tirar la toalla para seguir gustándonos al mirarnos en el espejo. Como si cuando nuestra cara se llene de arrugas y la piel se vuelva más fina y manchada con lunares, cuidarse, mimarse e intentar gustarse fuese una pérdida de tiempo.
También he escuchado a personas decir que ahora comen bien y hacen deporte, pero que cuando sean más mayores podrán darse todos los caprichos, que no les importará engordar. No podrían estar más equivocados. Pues a mayor edad, mayores cuidados y más tendríamos que preocuparnos por nuestra salud. Sin embargo, como bien ya hemos mencionado, la manera en la que envejecemos está, en buena parte, en nuestras manos.

La vejez no siempre es
sinónimo de enfermedad
El motivo por el que, tal vez, las personas tienen los pensamientos que ya hemos mencionado, es porque asocian la vejez con una etapa de la vida donde las enfermedades, los problemas y toda una serie de dificultades limitan nuestro bienestar. De repente, nos volvemos más lentos y limitados, tenemos que tomar pastillas para el corazón, se nos cae el pelo…
Pensar en que todo lo malo nos aborda, inexorablemente, cuando nos hacemos mayores, limita las posibilidades de disfrute, de vivir esa etapa de manera intensa y de que podamos pensar en que tendremos una buena calidad de vida. Es cierto que, tal vez, la esquizofrenia nos esté esperando. Es natural que nos sintamos solos porque nuestros hijos se van de casa. Sin embargo, podemos hacer cosas, más allá de lamentarnos por nuestra condición.
Podemos envejecer saludablemente siempre y cuando no nos refugiemos en la autocompasión y el victimismo.

Llegar a la vejez no implica que la vida se haya acabado, como muchos jóvenes puedan pensar. Existen muchas posibilidades y opciones. Como ejemplo, tenemos la historia de Miguel, que hace unos días salió en las noticias.
Miguel tiene 80 años y es estudiante de geografía e historia en la Universidad de Valencia. Algunos lo confunden con un profesor, otros con el padre de algún alumno. Sin embargo, él es estudiante más, toma apuntes, le interesa mucho la historia y se ha animado a irse de Erasmus a Verona (Italia). Su familia lo apoya y está muy contenta. Porque, como dice Miguel, “ánimo, a por todas que tú puedes”.

Envejecer saludablemente
está en nuestras manos
Envejecer saludablemente es una opción por la que podemos decantarnos. No hay que procrastinar en este aspecto, aunque nos sintamos bien ahora, aunque no tengamos ninguna enfermedad y problema. Muchas veces nos olvidamos de que, en cuestiones de salud, todo lo que hagamos ahora se proyecta hacia el futuro.
Pero, ¿qué podemos hacer al respecto? Para empezar: cuidar lo que comemos y hacer algo de ejercicio, sin olvidar el aspecto mental. Cultivar una mentalidad positiva será indispensable para hacerle frente a toda esa presión que sentimos a medida que cumplimos años. Sin embargo, si somos de los que hasta que nos hacemos mayores descuidamos estos aspectos, también hay solución para ello.
Por ejemplo, podemos tomar parte activa en nuestra vida, haciendo ejercicio. Hay muchos programas de ejercicio destinados a personas que ya han alcanzado una edad y que favorecen estados emocionales positivos, pues ayudan a liberar el estrés. Asimismo, participar de actividades en grupo nos permitirá conocer a nuevas personas y, por ende, nuevas amistades con quienes quedar, tomar algo y, quién sabe, si estamos solteros, incluso iniciar una bonita relación.

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