En cada Nuevo Año ¡Te Imagino Diferente y Triunfante!

Todo está cambiando a cada momento. Y al no estar preparados, nos entra la mortificación. Queremos que lo placentero siga igual, y que solo mejore lo que nos molesta. Pero cambia tanto lo grato como lo desagradable.
El cambio es Ley en el Universo. Si no existiera la transformación constante toda la realidad dejaría de existir. En cada amanecer despertamos a un nuevo día, donde el ayer ha dejado de imperar. Por lo tanto, debemos abrir nuestra mente a la sorpresa que nos depara lo imprevisto, como un inesperado obsequio que nos ofrece la Vida.
El invierno, es tiempo para meditar en las nuevas acciones que emprenderemos, y de rectificar las fallas de nuestro transitar. ¡Para que con los nuevos mañanas resurjamos con nuevos ímpetus, una y mil veces más!
Es la época para hacer peticiones a La Vida, para que nos colme de abundancias y dones. Sin embargo, esperamos salud sin renunciar a nuestros malos hábitos, ni despojarnos de ocultos resentimientos. Pedimos dinero, pero sin abandonar nuestra pereza y velada mezquindad. Pedimos Amor, pero sin eliminar nuestra inseguridad y secretos egoísmos.
Para recibir todo lo nuevo, es necesario despojarnos de lo antiguo. Debemos abandonar los pensamientos ociosos, los sentimientos inútiles y las acciones perversas. ¡Será hasta entonces, cuando todo aquello que imaginamos nos será concedido!
En este Nuevo Año, disfruta intensamente lo que sí tienes. ¡Porque tu realidad es tal como tú la has imaginado! No hay a quien culpar, ya que tu destino lo puedes modelar a tu antojo. ¡Por lo tanto, diviértete imaginando porque La Vida te colmará, al igual que a mí, de miles de bendiciones!