
El Voto Hispano se cotiza a Precio de Oro en la carrera hacia la Presidencia
El voto hispano se ha convertido en el más cotizado en la lucha de demócratas y republicanos por la presidencia de EEUU y por ello los candidatos perfilan ya sus estrategias para buscar el apoyo de esta comunidad
Los candidatos de ambos partidos son conscientes de la importancia de un grupo que no sólo conforma la mayor minoría del país sino que también es el que crece con mayor ritmo.
Así, Mitt Romney se congratula de ser el único candidato republicano en tener una página de Internet en español, algo que, no obstante, también tienen sus contrincantes demócratas Barack Obama, John Edwards o Hillary Clinton.
Romney también fue el primer aspirante de ambos partidos en lanzar un anuncio publicitario en español, dijo su portavoz Alex Burgos.
Pero mientras estas iniciativas son casi una obligación, prácticamente todos los candidatos han ido más allá y se han rodeado de asesores latinoamericanos para enfocar sus campañas hacia los intereses de la comunidad hispana.
Romney ha creado un comité directivo hispano y un comité de asesores sobre América Latina, mientras que Clinton ha fichado a Patti Solís Doyle, la primera latina en encabezar una campaña presidencial.
Los candidatos aprovechan su red de contactos para transmitir su mensaje a la comunidad hispana, aparecer en los medios y congresos latinos y visitar los estados que son de gran importancia para el voto de esta minoría.
Aquellos candidatos que no dominan el español -los más-, usan a políticos, amigos y familiares con raíces hispanas para que hablen en su nombre.
Es el caso del hijo menor de Romney, Craig, que sí habla español y que se ha convertido en el mejor apoyo de su padre a la hora de dirigirse a la comunidad hispana.
El voto hispano sólo supone el 8,6 por ciento del total, pero en Estados claves como California, Arizona, Nueva Jersey, Florida, Nuevo México, Colorado, Nevada, Texas y Nueva York el porcentaje se eleva y puede hasta determinar quién va a ser el próximo presidente, según algunos analistas.
El voto de esta comunidad, que, con 44,3 millones de integrantes supone ya el 14,8 por ciento de la población estadounidense, va dirigido tradicionalmente al Partido Demócrata en una proporción que ronda el 70 frente al 30 por ciento para los republicanos.
De esta manera, “los demócratas tienen una ventaja de dos a una de ganar las elecciones”, explicó Gabriel Escobar, del Pew Hispanic Center.
En cualquier caso, es pronto para determinar la intención de voto de la comunidad hispana, algo que resulta además “tremendamente difícil”, en opinión de Escobar, dado que los hispanos defienden tanto valores demócratas como republicanos y, dependiendo de su procedencia, son más de izquierdas o de derechas.
Lo que es un hecho incuestionable es que en las elecciones del 4 de noviembre de 2008, votarán más hispanos que en 2004, en línea con la realidad demográfica de Estados Unidos, y cada vez tendrán más peso a la hora de depositar su papeleta en las urnas.
Y es que en este país hay muchos potenciales votantes hispanos que aún no pueden acudir a las urnas porque o son menores de edad o no poseen la ciudadanía estadounidense.
El presidente y director ejecutivo del Instituto de Liderazgo Hispano de los Estados Unidos (USHLI), Juan Andrade, prevé que se inscriban unos 12 millones de latinos para votar, de los que unos 9 millones acudirán a las urnas.
“Si lográramos una participación de esta magnitud, tendríamos un impacto muy significante”, explicó .
En cuanto a los temas que más interesan a los hispanos, tanto Escobar como Andrade insisten en que esta comunidad no es “diferente” al resto del mundo.
Eso sí, el voto hispano es “más sofisticado” que antes, según Andrade, y para ambos analistas los candidatos tienen que esforzarse al máximo para conseguir su voto.
El hecho de que los políticos se dirijan en sus campañas y mítines en español a la comunidad hispana puede agradar a esta población pero no es determinante.
Lo que si influye para esta minoría es que haya un candidato hispano, pero, de momento, el único aspirante de esa comunidad a la presidencia es el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, que recibe “mucho apoyo entre la comunidad latina”, según Andrade.