El Terrorismo y las Corporaciones del Siglo XXI

Se cumplieron cinco años del fatídico 11 de setiembre del 2001 en donde a las nueve de la mañana cambio la historia del mundo, tanto social, política y comercial, pero fundamentalmente cambio la historia corporativa del mundo.

Un grupo de asesinos, locos, fanáticos demostraron que la era de los edificios de oficinas en donde miles y miles de personas trabajaban como en un gigantesco panal de abejas se había terminado.

El 12 de setiembre del 2001, luego de salir del asombro y el estupor, los Directores Ejecutivos de las grandes Corporaciones comenzaron a pensar, a gran velocidad, sobre la conformación de las nuevas administraciones empresarias, ya no mas edificios, ya no mas grandes superficies, ya no mas conglomerado de oficinas.

Y como decía Albert Einstein: “La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”. Y de la angustia, llorando los tres mil muertos de las Torres Gemelas, surgió la inventiva, la creatividad y la estrategia.

Hasta la entrada del presente siglo el trabajo vía Internet era pensado para individuos, como seres independientes, que podían pertenecer a una empresa pero solamente con un contrato externo, y como arte de magia surgieron las e-corporaciones, que no tienen nada que ver con los negocios vía Internet, ni las “puntocom” tan denigradas en los últimos años, ni el trabajo independiente domiciliario.

Son Corporaciones físicas, que antes tenían más de mil empleados en un mismo edificio pagando un alto costo de renta y salarios altos y ahora crearon departamentos o pequeños grupos de trabajo en distintas ciudades o países. Podría ser que la Gerencia de Producción se situé en China, la Gerencia de Compras en New York, la Gerencia de Calidad en Madrid, el Grupo Logístico lo haga desde Brasil, la Dirección de Ventas en México y la Administración Central en California.

Estas células pueden funcionar como parte de una empresa o como empresas separadas que se dinamizan brindándose servicios mutuamente, esto baja considerablemente los riesgos y por sobre todo los costos corporativos, mejorando el rendimiento económico y de producto de las corporaciones, eligiendo la ciudad o país que se adapta mejor a su estrategia y contratando a los mejores en el área.

Los nuevos CEO’s

Completando este nueva dimensión y para asegurar el existo y disminuir riesgos, el Directorio y la Toma de Decisión se hace en lugares y hasta países diferentes y siempre vía Internet.

Casi siempre, el CEO y el Directorio de una empresa de este tipo no son técnicos expertos informáticos. Lo vital es que conozcan su mercado al detalle, son expertos en mercadotecnia y economía política global, y poseen la habilidad de tener la visión del negocio prácticamente en el olfato. Pero por lo general, las cuestiones técnicas las relegan al equipo de trabajo, jamás o difícilmente podremos ver a un CEO desvelándose o contactándose con los clientes para resolver algún problema, lo saludara, le brindara todo su apoyo, pero lo derivara al equipo de especialistas que corresponda.

Las Corporaciones y los Objetivos

Una persona de éxito siempre observará la vida como una sucesión continua de objetivos. En el caso de los proyectos de Corporaciones encadenadas, el plan de negocios establece perfectamente que objetivos se deben cumplir, y en caso de que no se cumplan, las consecuencias pueden ser fatales, como pérdida de confianza, pérdida de inversión o pérdida de gente.

Una excelente herramienta de administración para estas Corporaciones es la Sucesión de Objetivos. Esta herramienta establece que los patrones de resultados de las organizaciones no son en sí mismos producto de la casualidad, sino que son una obvia consecuencia de la correcta o incorrecta administración de los objetivos. Quizá pueda parecer una estrategia que motive la burocracia en el procedimiento o la lentitud en la muestra de resultados, pero desde un punto de vista pragmático, si se tienen en la bolsa unos cuantos cientos de miles de u$s en inversiones de riesgo, muchas veces será mejor ir paso a paso.

Por ello las Corporaciones del Siglo XXI no tienen territorio ni bandera, se distribuyen a los largo y ancho de nuestro planeta como pequeñas empresas de servicios, pero encadenadas a un sistema de empresas que la trasforman en una gigantesca corporación, comandada por un e-CEO que nadie conoce ni sabe en que país esta.

Que papel juega Latinoamérica en este cambio…

Para nosotros, los latinos, esto tiene muchas ventajas y la principal es que muchas corporaciones mundiales (de USA varias, pero muchas de Europa, y Oriente) ya están buscando países latinoamericanos para ubicar sus empresas, ya que son más seguros y “baratos”. Algunos países tienen mano de obra calificada y en otros se deberá prepararla con fondos de organizaciones mundiales para la educación. Esto creara estabilidad laboral y desarrollo a todos nuestros países latinoamericanos.

Ya hay varias empresas de comunicaciones que han puesto sus Call Center en países latinoamericanos y desde allí dan servicio al mundo. Los problemas que están teniendo estas corporaciones de avanzada son la falta de “seriedad” de los gobiernos de turno (muchos han pedido su mordida) y la inestabilidad social (revueltas y manifestaciones dignas de los años sesenta).

Cuatro serán los responsables si esto fracasa:

1. Gobiernos Inescrupulosos, que por falta de seriedad prioricen mas sus bolsillos que al pueblo.

2. Dirigentes Inmaduros, que no comprendan que en una economía globalizada pensar en Cuba, Bolivia o Venezuela es condenar al atraso y miseria al pueblo que pretenden defender.

3. Empresarios Ignorantes que no invierten en educación, que creen que enviar a sus empleados a seminarios o cursos es perdida de tiempo y dinero. Que no reflexionan que un empleado instruido es doblemente productivo.

4. Empleados no comprometidos con los resultados de la empresa, que se no se especialicen y disfruten del trabajo en equipo, que piensen más en las manecillas del reloj que en los objetivos.

El cambio en la distribución mundial del trabajo ya es un hecho, se acerca a gran velocidad, y si Latinoamérica no vence a sus cuatro jinetes del Apocalipsis y del miedo “perderá el tren”.

Hasta la próxima.

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