El Sabor de la Música Andina
Dr. Humberto Caspa
No tengo duda, la decisión de Gloria Estefan y Shakira de incluir en sus últimos hits musicales la instrumentación andina fue una medida acertada. Sus canciones gustaron al público, pegaron duro en el mercado discográfico y fueron un éxito indiscutible.
Si la inclusión de unos cuantos instrumentos de viento le ha dado una tonalidad diferente a la interpretación de estos artistas, imagínense si la famosa quena, la zampoña, la tarka, el pinquillo, entre otros instrumentos autóctonos de Bolivia, fueran puestos todos juntos al servicio de un grupo de músicos profesionales.
En épocas pasadas, ese tipo de espectáculo estaba reservado sólo para el Inca (emperador) y sus bellas ´ñustas´ (princesas). Pero en esta era de la globalización y la modernidad, todos estamos invitados a compartir el magnetismo embrujador de un espectáculo musical andino.
Y para lograrlo, no tenemos que viajar a Bolivia o Perú, sino que la música llega a tierras norteamericanas por obra y gracia de Llajtaymanta, el grupo boliviano más sonado del continente sudamericano en este momento. Han sido ganadores del Premio Maya. Se estarán presentando en California, Texas, Virginia y en otras estados norteamericanos.
El éxito que tuvo Llajtaymanta en su gira del año pasado por tierras estadounidenses y canadienses, incitó a Dennis Helguero, dueño y gerente de la promotora Kamisaki (“como estás”), para volver a traer a esta reliquia andina.
“Es un verdadero lujo para los residentes bolivianos en California tenerlos de vuelta”, comentó Dennis durante una entrevista que tuve en su domicilio junto a los componentes del grupo: Álvaro Álvarez, Ramiro Flores, Benjamín Carvallo, Henrry Álvarez y Orlando Andia.
Los cinco están felices de su regreso y piensan seguir embrujando al público californiano con el colorido de su música y su vestimenta.
Muchos grupos tradicionales claudican en un solo estilo de música, Llajtaymanta se acomoda de acuerdo al espectáculo y a la multitud de los que visitan los distintos conciertos que presentan alrededor del país. “Hay para todos los gustos, tamaños y sabores”, menciona Álvaro Álvarez.
“Entendemos que la gente cambia. Por lo tanto la música también debe adecuarse a esos cambios, aunque eso no significa que el artista debe excederse y transformar totalmente el ritmo original”, añade con precaución.
¡Umm! Eso quiere decir que hay que mantener un balance entre las fusiones musicales que están de moda y la tradición. Lo anterior es una tarea difícil de lograr pero el director del grupo, Orlando Andia, sostiene que “han sabido mantener este delicado equilibrio”.
Su nuevo Álbum “Éste es mi país” es un ejemplo claro de este estilo multifacético. Por una parte, lo que el grupo llama “neo folklore”, el cual hace referencia a una nueva ola tradicional de la música, está representada por los conocidos ritmos populares de la “morenada” y la “saya”, entre otros.
Aquí es importante recordar que estos ritmos son, a la vez, una fusión de la música de los indígenas y de los descendientes africanos. Como el arte representa una etapa real de la vida, tanto la morenada como la saya nos recuerdan el periodo colonial de la “mita” (la extracción de plata) y el esclavismo.
Por otra parte, Llajtaymanta hacer exaltar el corazón de los enamorados con sus ritmos esencialmente autóctonos. Normalmente este tipo de música lo interpretan al inicio de la verbena, cuando la gente está en la plática, tomando los primeros vasos de cerveza o un shot de singani (bebida boliviana) y a un paso del romance.
Finalmente, para el público que le gusta el baile y la pachanga, la cumbia colombiana y otros ritmos latinos son parte integral del espectáculo.
En los concierto de Llajtaymanta, la gente vibra de alegría, los más atrevidos corren a la pista de baile para mover su esqueleto.
Como están las cosas, es probable que finalmente el ritmo boliviano tenga acceso al mercado norteamericano. “El ´tinku´ y los caporales”, dice Álvaro, tienen potencial para globalizarse.
¿Por qué no, digo yo? Aparte del ritmo contagiante de estos dos géneros musicales, la danza de los caporales, por ejemplo, es tan sexy como la salsa. Cuando las mujeres bailan hacen relucir sus curvas exuberantes ante la mirada atónita de sus acompañantes.
No dudo que un magnate de Hollywood finalmente invierta en esta mina de oro que está presta a ser explotada.