El origen de las emociones

El origen de las emociones

Casi todo el mundo cree saber qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento nadie afirma poder entenderla. Las emociones constituyen una de las facetas del ser humano más desconcertantes en la vida de la Pareja. Cada una de ellas se experimenta con múltiples matices, y además en ocasiones se combinan varias para crear nuevas consecuencias.
Toda emoción supone reacciones físicas, que en un primer momento son normales y hasta necesarias. Pero cuando se prolongan de forma desproporcionada, aumentan los niveles de toxicidad de nuestras células cerebrales, pudiendo llegar a crear enfermedades orgánicas. La mayoría de las enfermedades tienen un origen emocional, porque cada emoción predispone al cuerpo a una respuesta, por ejemplo:
La agresión: aumenta el flujo sanguíneo hacia las manos, el ritmo cardíaco y los niveles de la adrenalina, generando la cantidad de energía necesaria para emprender las acciones.
La depresión: Conlleva la disminución de la energía y el entusiasmo con el que acometemos habitualmente las actividades. Es un estado donde se permite evaluar la pérdida, analizar sus consecuencias, y planificar cómo actuaremos cuando regrese la estabilidad.
El miedo: El cuerpo se paraliza durante segundos y hace que la sangre se concentre en los músculos. De esta forma contamos con el oxígeno necesario para emprender una acción, y la mente calibra la respuesta más adecuada, por ejemplo, esconderse, huir o defenderse.
Las respuestas físicas mencionadas se producen cuando a través de los sentidos, llegan al cerebro determinados estímulos. En ese momento empiezan a producirse toda clase de reacciones químicas a través de los neurotransmisores, los cuales estimulan otros centros, que a su vez, segregan sustancias con funciones concretas para salir de la situación.
Muchas veces el entorno con la Pareja, la familia o el trabajo producen las respuestas emocionales, al punto de adquirir hábitos que pueden llegar a considerarse rasgos de personalidad. Por ejemplo, si el único patrón desde la infancia fue el recibir malos tratos, esta persona
Existe una estrecha relación entre las emociones y nuestros centros nerviosos y el sistema glandular, la vida emocional tiene repercusiones en toda la salud del cuerpo. Además, el sistema inmunológico, como guardián del buen estado del cuerpo, identifica cada célula del organismo y decide, lo que le es propio para protegerlo y lo que le es extraño.
Cuando experimentamos emociones negativas, nuestro aparato inmunológico ve disminuida su eficacia. Las personas “alegres” tienen una mayor capacidad de respuesta a las agresiones tanto internas como externas.

Share