<!--:es-->¿El ‘Mal de Ojo’… 
Existe o es Superstición?
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¿El ‘Mal de Ojo’… Existe o es Superstición? …Continuación

Continuación…

6.- Me estás estresando. Relacionado con el punto anterior, vivimos en una sociedad muy estresada. Es habitual que la gente se sienta cansada, enfadada, frustrada y peleada con el vecino. Igualmente somos vulnerables a las habladurías, las críticas y al compañero trepa que me está jorobando. Este estrés social es una fuente mucho más poderosa de problemas que cualquier mágico y chipiriflautico «Mal de Ojo». E igualmente, estas situaciones son pan de cada día de nuestro mundo “civilizado”.

7.- Sí o sí. Si seguimos tirando del hilo, podemos decir que es prácticamente imposible que una persona no haya despertado de forma consciente o inconsciente malos pensamientos como envidia, rencor, deseos indecorosos, etc. sobre otra persona. Por lo tanto, si nos basamos en las premisas de los vendedores de «El Mal de Ojo», no quedaría una persona sobre el planeta que no tuviera en algún momento los síntomas descritos. Podemos ir más lejos y afirmar que tales síntomas debieran ser mucho más agudos si estamos disfrutando de un rico mojito a la sombra de una palmera a orillas de una celestial playa caribeña tras el desayuno en nuestro hotel de lujo de 5 estrellas.

8.- Seguimos vivos. Nuestros políticos sobre todo. Si hablamos de «energía» podríamos pensar que esta puede ser acumulativa. Y continuando con las derivaciones de los últimos puntos, podríamos decir que si los postulados de los engañabobos que promueven las curas a precio de voluntad de «El Mal de Ojo» fueran ciertos… muchas realmente malas personas, muchos políticos y Belén Esteban… habrían sido incapacitados hace mucho tiempo. O como diría cualquier persona hoy día: “mi jefe sigue viviendo mejor que yo por mucho que le miro sin cariño“.

9.- Remedios incongruentes. ¿Alguién puede explicar (apelar al efecto placebo no vale) cómo “quemar sal gorda” puede eliminar esa “energía” que nos altera negativamente? ¿Cómo “echar un mechón de pelo en agua con aceite y rezar tres Padrenuestros” restaura nuestra “energía del alma” (sobre todo lo de meter el mechón de pelo en agua)? ¿O cómo es posible que “meter un dedo en aceite” pueda solucionar nuestros problemas de depresión, malestar corporal e incluso de inapetencia sexual…? (bueno, con un poco de ingenio y nuestra pareja al lado, el aceite sí que puede solucionar esto último). Todas estas recetas pertenecen a aquella época donde reinaba la oscuridad de la superstición del más alto calibre.

10.- Levanta la economía… de los de siempre. Los charlatanes, magufos, engañadores profesionales y demás ralea de vividores sinvergüenzas tienen un suculento mercado en las supersticiones, en las creencias populares y cuando prostituyen esa terminología científica que no entienden. Son expertos en dar soluciones a precio de oro a problemas que no existen. De ahí que la venta de talismanes, amuletos y cachivaches para la prevención, protección y cura de «El Mal de Ojo» es un negocio para quienes lo diagnostican y venden esos sofisticados remedios. Aunque la venta de un producto no es algo malo por sí mismo; sin embargo, la venta de productos carentes de evaluaciones de calidad y con críticas como las anteriores, es la gota que colma el vaso.

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