El Fin de Una Era en el Boxeo
En el boxeo desde siempre han surgido figuras que trascienden y marcan eras, estrellas de esas que serán recordadas por siempre, porque no fueron flor de un día, sino que dejaron huella.
Mike Tyson, el otrora llamado “hombre de hierro”, es uno de esos boxeadores especiales, y por lo recién ocurrido hace algunos días en su pelea contra el irlandés Kevin McBride, parece por fin caer el telón sobre su larga y pintoresca carrera.
A sus 20 años de edad en 1986, Tyson se convirtió en el campeón de peso completo más joven de la historia, hecho que aunado a su carisma y estilo huracanado de pelea, lo convirtió rápidamente en toda una leyenda alrededor del mundo.
Se veía imposible que en aquellos, sus años mozos, alguien pudiera derrotarlo; se llegó a pensar que era invencible y hasta este momento él admite que en verdad no había ser humano que lo hubiese podido derrotar en ese su mejor momento.
Nos acostumbramos a ver cómo la mayoría de sus rivales caían ante sus puños víctimas de su descomunal poder, y en ocasiones más por miedo que por haber sentido esa dinamita.
Pero un día, en el año de 1990, James “Buster” Douglas demostró que Tyson era un humano como cualquier otro, que podía ser vencido y que también tenía debilidades, como cualquier otro, para así propinarle su primera derrota, en la que se le llama la sorpresa más grande en la historia del boxeo.
Desde ahí, a Mike Tyson lo hemos visto triunfar, caer, hacer cosas inesperadas, crear controversias, regresar a triunfar y volver a caer.
Ha sido la suya una carrera que tuvo de todo, que debido a sus locuras llegó a convertirse más en algo parecido a espectáculo de circo que a boxeo, pero a final de cuentas siguió siendo a través de los años el hombre récord en las taquillas.
Pero los años y la vida disipada no perdonan, y hoy vemos en un Tyson de 39 años de edad, sólo una sombra de aquel feroz destructor y en esta su reciente derrota por abandono ante McBride, acepta no ser el animal que dice solía ser, el no tener más el boxeo en su sangre y corazón, el tener aún algo de orgullo por él mismo y por el deporte que le dio todo, por lo que dice no querer desprestigiar y faltar al respeto a este último al perder con rivales del calibre del irlandés, y, sin asegurar nada, mencionó que tal vez lo hayamos visto por última vez peleando sobre un ring.
Con Tyson nunca se sabe, y debido a su situación económica inmersa en millones de dólares en deudas, es posible que aún lo veamos en acción, pero ahora más por su necesidad que por su gusto, pero ya está más que claro que se cierra un capítulo grande en el boxeo, pero que ahí quedará para no ser olvidado jamás, para pasar ahora a ser una leyenda más de este deporte.
Y, de igual manera, pero tal vez a menor medida, no de la magnitud de de Tyson, pero de un día para otro se esfumó la aureola de indomable da la testa del ruso-australiano Kostya Tszyu, quien estaba marcando toda una era de terror en los pesos superligeros, al haberse mantenido sobre el trono por largo tiempo, donde logró ser el campeón indiscutido y no se viera quién lo pudiera vencer.
Pues bien, llegó el invicto inglés Ricky Hatton y con su estilo áspero y rudimentario sometió sorpresivamente a Tszyu.
Pero lo más sorpresivo del caso es que lo hizo abandonar la pelea tras el round número 11, cuando sólo faltaba uno más, cuando se esperaba que un grande como Tszyu saldría a dar el resto y buscar el nocáut en una pelea que se encontraba muy cerrada, en la que ganando ese duodécimo round, si no lo hacía de forma de nocáut, aún podía aspirar a una victoria o a un empate.
La presión, juventud y empuje de Hatton terminaron por doblar a Tszyu, quien al ser derrotado de esta manera deja en especulación si estamos ante el final de su carrera, ya que es un hombre de 36 años de edad que bien ya podría optar por el retiro.
Así, en este 2005, seguimos teniendo un gran año de boxeo, donde tal vez hayamos presenciado el final del camino para dos grandes: Mike Tyson y Kostya Tszyu.