El Cafecito

El Cafecito

En los últimos años han surgido un sin número de corrientes e ideologías que aunque dicen existir para proteger o defender nuestra identidad única, en realidad pareciera que su propósito principal es el de confundirla y si se pudiese, hasta eliminarla. Las jovencitas se fijan ideales conforme a lo que la televisión y los medios les venden; los varoncitos quieren llenar un estándar que se les vende como una “norma” y de no alcanzarla, se sienten como “anormales” incluso las escuelas les venden una ideología y manera de pensar aunque esta vaya en contra de sus valores familiares. Mujeres en busca de amor, se relacionan con hombres para que las valoren y no se percatan que antes de conocerlos a ellos, ellas ya valían mucho; algunos hombres piensan que su valor aumenta entre más ásperos sean con sus parejas, cuando en realidad el resultado es totalmente contrario.
De alguna u otra manera, todos caminamos buscando una identidad. ¿Pero qué sucedería si lejos de buscar una nueva identidad, tomaramos conciencia de la que nos fue dada desde antes de nacer? ¿qué sucedería si en lugar de estarnos lamentando por la forma en que llegamos a este mundo, nos enfocaremos en pensar que no importa tanto como llegamos, sino ¡para que llegamos! Fuimos pensados, planeados y creados por Dios “Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas,” Salmo 139:16; y fuimos puestos en esta tierra para un propósito “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Si nos enfocaramos en ello, si tuviéramos conciencia de nuestra identidad dada por Dios, no necesitariamos de alguien más para hacernos sentir amados o valorados, no viviríamos para parecernos a esta o a aquella persona; si tan solo tuviéramos conciencia de que tenemos un valor enorme y único, no viviríamos para cumplir las expectativas de nadie más, sino para vivir en plenitud y cumplir ese propósito por el cual fuimos creados.

AFigueroaLPH@gmail.com (Tomado del Blog: El Cafecito de America Figueroa)

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