El Adulterio

Se considera traición, cuando se ha establecido un compromiso de exclusividad dentro de la relación de pareja y alguno, o ambos, inician un contacto sentimental y/o sexual con otra persona ajena, aunque el evento sea ocasional. Cuando hay infidelidad, significa que se ha puesto a esa otra persona por arriba de la preferencia del propio consorte.
Una persona agobiada por sus largas horas de trabajo, y sufriendo de soledad o abandono sentimental y/o sexual, es muy vulnerable a las atenciones. El hecho de recibir la ayuda de alguien amable y sonriente, puede generar confianza e interés en ella. Esto le da pie a la curiosidad, y luego a fantasear con la posibilidad de: ¿Cómo sería intimar con esa persona? Y después, un contacto inesperado, un abrazo casual, un beso más que amistoso, pueden crear la necesidad de que se vuelva a repetir el momento.
Sin proponérselo, una persona ingenua puede enredarse con facilidad en una relación triangulada. Sobre todo si se encuentra en medio de una crisis sentimental, y no viendo peligro en ello, empieza aceptando las ayudas o preferencias. Pero todos los favores se convierten en compromisos. Con el tiempo y con el trato nace inevitablemente el afecto y la dependencia. Y luego, la persona agradecida se siente obligada a complacer todos los requerimientos que se le soliciten. Pero a la postre, esta mala decisión puede desembocar en dramáticos confortamientos y severas crisis emocionales.
Las dádivas quebrantan peñas dice el refrán. Y el adulterio se empieza a gestar después de aceptar una serie de atenciones, de ayudas y preferencias. Esto da inicio a crear posibilidades fantasiosas, porque las dádivas terminan por quebrantar las más virtuosas voluntades. Finalmente, las concesiones irán en aumento hasta crear un hábito, para luego concluir en una necesidad imperiosa, es decir: una dependencia absoluta de los dictados de esa persona externa.
Las parejas deben analizar sus sentimientos con extrema prudencia, y cerrar su corazón al menor síntoma de un afecto o preferencia hacia una tercera persona. Los amores de la juventud, las amistades de la familia, las personas extrañas en casa, los subordinados, los superiores en la oficina, los compañeros de trabajo, o los encuentros fortuitos, pueden constituir un verdadero peligro para la fidelidad.
Cuando es descubierta una aventura extramarital, puede llegar a destrozar completamente la estructura y la confianza mutua para concluir en una lamentable tragedia. Para evitarlo, las parejas deben mantenerse muy unidas bajo una constante y sincera comunicación para actualizar día a día sus sentimientos. Porque la infidelidad puede suceder en el momento menos esperado y a veces sin ninguna razón que la justifique.
Es una grave ofensa contra nuestro amor propio quedarse en una relación que ha sido traicionada, tan solo para ganar tiempo auto engañándose y haciéndose ceguera mental. Aquí la asesoría psicológica es crucial, ya que se han creado severas confusiones, y por miedo a la soledad, se han tomado decisiones que no cooperan a la solución.
Refrendar a cada momento el compromiso sincero de apoyo mutuo, preferencia mutua y sentimientos compartidos, permite mantener fresco el compromiso. Porque al dejarlo abandonado al tiempo, este se irá diluyendo hasta desaparecer. Entonces se habrá iniciado la búsqueda por satisfactores externos. La relación habrá concluido, y solo continuará unida por la inercia, la rutina, el qué dirán, o el miedo a la soledad, pero jamás por el motivo que les unió al comienzo.
Sostener vigente una relación de pareja para mantener constante la ilusión del amor y la fantasía del romance, es un trabajo de 24 horas en donde no existes tiempos de entrada o salida. Apegarse al compromiso pactado para mantener la estabilidad y la permanencia de la unión, es la sabia decisión que toman las personas Emocionalmente Inteligentes.

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