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Echar Mentiras Para Sacar la Verdad

Joven. Con residencia legal. Pero drogadicto. La policía lo detuvo por sospecha de manejar ebrio. Era de madrugada, venía de una fiesta. Se acerca el policía y con linterna súper brillante le encandila los ojos. “¿Tienes drogas, verdad?” El joven vacila. El policía le acerca más la linterna a los ojos. “Dime la verdad, de otro modo te va a ir peor. Si me dices la verdad, no te va ir mal. Ahora dime, ¿tienes drogas?”
El muchacho que ya no resiste la molestia en sus ojos, y en medio de su estupor, saca la bolsita de metanfetamina de su bolsillo, del otro lado saca la pipa de fumarla y se la entrega al policía. “Bien, bien”, dice el oficial. Y, ¿cuándo fue la última vez que fumaste?” “Pues no más como hace 10 minutos.”
Todo apareció en la parte policiaca. El muchacho había hecho mal por fumar esa droga tan dañina, por arriesgar su residencia legal, por traerle problemas a su madre y familia. Pero el policía también había hecho mal por mentirle al muchacho. Todo lo que el muchacho hizo y dijo, el policía lo usó a su contra. Todo apareció en la demanda. Al muchacho le fue mal por decir la verdad. El policía no le perdonó nada.
Días después en el tribunal, cuando el abogado defensor entrevistaba a este joven le dijo, “A la policía se le permite echar mentiras para sacar la verdad. Lo más probable es que pierdas tu residencia y te deporten.”
El Tribunal de Arriba no necesita echarte mentiras para sacarte la verdad. Todo lo que has hecho en tu vida ha quedado registrado. Toda la verdad de tu vida ha quedado escrita allí. Lo más oscuro, lo más vulgar, lo más perverso. Todo. Pero allí tienes un Abogado Defensor. El mejor. Él te dice, “Mira, yo me voy a dar culpable a tu favor. El Juez me va a castigar a mí para dejarte en libertad de todo castigo. La pena es pena de muerte. ¿De acuerdo? Si aceptas yo muero a tu favor. Si no aceptas, tu mueres solo, pagando por todo lo malo que has hecho. ¿Te parece?”
“En la cruz, Cristo cargó nuestros pecados en su propio cuerpo para apartarnos de ellos y para que vivamos como le agrada a Dios; por las heridas que él sufrió, ustedes fueron sanados” (1 Pedro 2:24).
Esa es la verdad que borra todas tus mentiras y todas tus verdades. Confiésala.
Por: Haroldo Camacho, Ph.D., Intérprete Certificado de CA. Las historias en esta columna han sido modificadas para proteger la identidad de las personas. No se debe entender esta columna como asesoramiento legal en cualquier causa civil, penal, o migratoria. Para escuchar más de la Buena Nueva, acuda a los servicios traducidos al español de Garden Fellowship, 79-733 Country Club Dr., Bermuda Dunes, a las 11:00 a.m. cada domingo. Estudios bíblicos en español cada martes 6:00 p.m.: 47250 Washington St., La Quinta, CA 92253, tél. (760) 771-9437.

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