Diamantes: la joya del amor
Dicen que la reina de las piedras preciosas, el diamante, es para siempre. Que una joya pueda garantizar el amor eterno parece más una ilusión que una realidad. Lo que sí es cierto es que quien regala un diamante, regala un tesoro.
Los famosos
lo eligen
Hoy en día, el diamante es la joya más preciada del mundo. Su belleza lo hace irresistible a la ambición de cualquier persona. Es el regalo perfecto para un amante y el mayor símbolo de uno de los sentimientos que mueve el mundo, el amor.
Una piedra así es sinónimo de pureza, elegancia, sofisticación, poder, belleza. Es la ambición de los amantes y amados, el deseo de un joyero artesano. Representa lo eterno e infinito, por ello tal vez, se asocie al amor.
De un diamante cautivan sus destellos, esa irisación que hechiza a quien la contempla. Aunque las cifras que mueve también marean. Pocos son los territorios donde hallar esta gema: la India, Brasil, Venezuela y Sudáfrica. Y dos, los grandes compradores de este tesoro: Estados Unidos y Japón.
A pesar de sonar machista y estereotipado, las mujeres son las grandes amantes de los diamantes. Regalados por sus parejas como anillos de compromiso o adornando cuellos, muñecas y hasta zapatos, esta es la joya que más deslumbra a las famosas.
Britney Spears recibió, de su entonces marido Kevin Federline, un anillo con un diamante engarzado de 5,5 quilates, que la cantante lució orgullosa mientras duró la felicidad.
El cantante mexicano Luis Miguel selló su amor con Aracely Arámbula, en un compromiso que incluía un fabuloso diamante rosado.
Y el presidente francés Nicolas Sarkozy conquistó a sus dos grandes amores, su ex mujer Cecilia Ciganer y a su actual pareja Carla Bruni, con sendos anillos de oro blanco, diamantes y zafiros.
La ilusión
De recibirlos
Regalar un diamante, la joya más cara del mundo, tiene un valor emocional y representativo mayor, incluso, que su precio efectivo. Y es que esta piedra expresa con sus características todo lo que el sentimiento amoroso es incapaz de decir con palabras.
Primero, la dureza del diamante, que hace que este sólo pueda ser pulido con otro diamante, simboliza a la pareja. La necesidad del uno sobre el otro. Y la calidad de esa relación, puesto que no vale cualquiera para formar este dueto.
En segundo lugar, su resistencia, que hace creer que un diamante es para siempre, demuestra el deseo de estabilidad y perdurabilidad que se anhela para esa historia de amor, a la que no se le quiere poner nunca punto final.
Y por último, su belleza y exclusividad, que realzan la peculiaridad de la pareja que tenemos a nuestro lado.
Locos por
estas piedras
Muchas son las famosas que han confesado sentir pasión por la reina de las gemas y han lucido encantadas las joyas más vistosas del mundo.
Es el caso de Jennifer López, Liza Minnelli, Elisabeth Taylor, Madonna, Jessica Alba y, por supuesto, Jennifer Aniston. La ex de Brad Pitt ha confesado en múltiples ocasiones sentirse una fanática de esta joya.
Aniston no olvida nunca sus diamantes para asistir a la ceremonia de los Oscar. La hemos visto lucir todo tipo de complementos, siempre radiantes. En la edición de 2006 de los cinematográficos premios, la actriz completó su vestuario con joyas de vintage de Bvlgari.
Concretamente un collar de platino y diamantes de dos vueltas y un brazalete de oro blanco y amarillo de diamantes pavé así como pendientes amarillos, por supuesto, de diamantes.
Y es que, aunque el amor se acabe, la joya perdura. Y es un buen consuelo y un gran aliado tener un diamante a tu lado.