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Diálogos: “Hacia una Agenda pragmática México- Estados Unidos”

¿Cuál es el Rumbo de la Agenda Bilateral?

Por: Luís Manuel de la Teja
Egresado de la FCPyS UNAM

Primera Parte

Estados Unidos y México, se necesitan mutuamente. La relación México- Estados Unidos requiere de atención, ya que en años recientes el tema de migración ha polarizado y dividido a los pueblos en torno a una relación que debe reconstruir las bases de la cooperación bilateral, como dan cuenta los ciudadanos en ambos lados de la frontera, que tienen una visión más pragmática de los asuntos bilaterales que otras regiones, debido a las interacciones económicas e interdependencias que lidian a diario.

Por los convenios suscritos entre ambos países en materia de inversión, comercio y seguridad, se desprende que la relación bilateral, esta en condiciones de transitar hacia una asociación estratégica, que permita acceder a mayores niveles de competitividad.

Como elementos aislacionistas de la vecindad mucho se ha manipulado políticamente la reforma migratoria, como la condición del diálogo; poco se ha divulgado el empeño de los gobiernos estatales en materia de corresponsabilidad México- Estados Unidos respecto al impacto favorable en el desarrollo regional y; nada se hecho para revertir la vulnerabilidad estructural que motiva la migración.

Los verdaderos socios se esfuerzan en mantener y reforzar los fundamentos de su cooperación. Por lo que daremos seguimiento a los empeños a nivel local, de los esfuerzos que las entidades federativas realizan para sacar provecho a las oportunidades regionales que se generan de la vecindad geográfica.

Desde un enfoque sectorial: ambos países necesitan canalizar la acción política dirigida específicamente a identificar las necesidades del país de origen y apuntar a grupos precisos en las diásporas, para lograr “un rendimiento social de las inversiones de los expatriados que sea mayor y más sostenible que el rendimiento del mercado”. Para lograrlo, se requiere de la cooperación gubernamental y la colaboración con la sociedad y la comunidad empresarial, son indispensables.

En este sentido, el liderazgo de la sociedad civil, esta más desarrollado que el liderazgo político, en ambos países. Así lo reconoció el mandatario estadounidense George W. Bush, en su reciente gira por América Latina, al afirmar en Mérida Yucatán que: “El Fundamento de la relación entre México- Estados Unidos, va más allá de los gobiernos, es una relación entre los pueblos”.

En efecto, a nivel gubernamental, pareciera que ambos países asumen que el Tratado de Libre Comercio, (TLCAN), lidiará con los asuntos bilaterales más importantes, por lo que no es necesario implementar políticas activistas.

Nada más falso que eso. En otras latitudes las exitosas experiencias migratorias internacionales como Europa con África, evidencian que es posible encauzar el fenómeno migratorio, como parte de la solución política que aliente las sinergias entre el desarrollo de una región.

Naciones Unidas, recupera estos modelos exitosos de Gestión Migratoria, enfatizando que “uniendo esfuerzos, se podrían concretar mayores alcances, que los que se lograrían de forma aislada”.

Por la magnitud del fenómeno migratorio, esta columna recogerá las aportaciones de voces reconocidas en los ámbitos periodísticos, académicos, investigadores, a fin de que los tomadores de decisión, tengan referencia de primera mano, no solo a estadísticas y datos creíbles y globales; sino que además atraer la atención respecto a la contribución de los hispanos al desarrollo regional de sus países de origen y destino.

Una de las culpas compartidas de los organizadores latinos en el fracaso de la reforma migratoria, fue como comenta el escritor y conductor de la cadena Univisión Jorge Ramos, en su editorial del 2 de julio de 1007, titulado, el día mas triste, refiere, que a falta de una estrategia conjunta entre los principales líderes del movimiento, no lograron imponer el criterio de que la legalización no representaba una “amnistía”.

En efecto, en el impasse legislativo que atraviesa la reforma migratoria en el Congreso de los Estados Unidos, debe aprovecharse para hacer un Dialogo entre los interlocutores involucrados que generen “Una solución comprensiva de la migración”, que analicé, ponderé y difunda, las ventajas que representa para la seguridad y competitividad de ambos países, en cuyos esfuerzos, ambos gobiernos, han invertido capital político.

Una posible solución para destrabar el debate migratorio, es que sin condicionar la agenda bilateral a un tema específico, se aborde con un enfoque integral la vinculación y conexión entre los temas. Como es el caso de la seguridad que exige Estados Unidos de su contraparte mexicana.

En efecto, la seguridad no se restringe al ámbito del resguardo de la frontera, sino además al impacto laboral estadounidense, que depende urgentemente de la aprobación de un programa de trabajadores huéspedes, que garantice el ingreso de 350 mil trabajadores temporales, que satisfagan la demanda del mercado laboral.

Entendida, la migración como el reverso de una misma moneda, se espera de México, acciones conjuntas en sus tres ordenes de gobierno para retener a su principal capital humano. De continuar el éxodo masivo, México nos solo pierde a su principal fuerza laboral en edad productiva, sino además corre el riesgo de erosionar sus ciudades.

En la medida en que el criterio de corresponsabilidad prevalezca en la agenda bilateral, permitirá atender a temas que son cruciales que se deben afrontar, si es que el bloque económico norteamericano, desea no perder competitividad en relación con otros mercados.

La agenda pragmática México- Estados Unidos, privilegiará las oportunidades de cooperación operativas derivadas de los acuerdos ya existentes, aún en el ámbito regional, entre entidades federativas mexicanas con gobiernos locales estadounidenses, porque a partir de estos esfuerzos conjuntos, mejora el entendimiento y aumentará la confianza.

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