<!--:es-->Descubren fósil 
de murciélago<!--:-->

Descubren fósil de murciélago

Se trata de una especie que vivió en el planeta hace 22 millones de años y su esqueleto indica que podía volar, pero aún no tenía la capacidad para detectar objetos en la noche mediante la emisión de sonidos de alta intensidad

Restos fósiles hallados en Wyoming indican que los murciélagos habrían obtenido su capacidad de detección nocturna aérea sólo después de aprender a volar.

El descubrimiento reveló detalles de uno de los murciélagos más antiguos de que se tenga memoria: una especie que vivió en nuestro planeta hace unos 22,5 millones de años.

El esqueleto indica que podía volar, pero que carecía de una serie de elementos óseos vinculados con la “eco localización“, la capacidad de emitir sonidos de alta intensidad y luego oír cuando rebotan desde objetos y presas, informaron investigadores.

Hasta ahora, los fósiles de murciélagos más antiguos mostraban evidencias de vuelo y de eco localización, dijo la investigadora Nancy Simmons. Como consecuencia, resultaba imposible determinar qué atributo adquirieron primero los murciélagos, añadió la investigadora.

El trabajo del equipo liderado por Simmons apareció el jueves en la revista especializada Nature. Simmons es directora de la división de vertebrados del Museo de Historia Natural de Estados Unidos, en Nueva York.

La envergadura de ala de esos murciélagos antiguos era de unos 30 centímetros (1 pie), algo más pequeña que la de los murciélagos pardos de la actualidad. Simmons dijo que esos murciélagos devoraban insectos. La investigadora señaló que en su opinión, el murciélago era activo en la noche, pero no existen todavía evidencias concretas de eso.

La criatura tenía una garra en cada uno de los cinco dedos, en lugar de en uno o en dos. Los investigadores bautizaron a ese antiguo murciélago “Onychonycteridae“, que significa “murciélago con garras“.

Hasta ahora han sido recuperados dos especímenes de la criatura. “Esos sobresalientes fósiles permiten un progreso considerable en la comprensión de la evolución de los murciélagos“, escribió John Speakman, de la universidad de Aberdeen, en Escocia, en un comentario publicado en Nature.

Share