Derecho a decir la verdad

El mes pasado (junio 2021) se introdujo en España la llamada “Propuesta de ley para penalizar el acoso en las mujeres que acuden a clínicas para abortar”. Su objetivo: crear “zonas de amortiguación” alrededor de ellas y evitar así cualquier protesta o asesoramiento provida, ya que “estos grupos organizados abordan a las mujeres con fotografías, fetos de juguete y proclamas contra el aborto antes de que entren a la clínica”. Se prevé cárcel de 3 meses hasta un año para “los culpables”.
Lamentablemente, este tipo de legislación existe en los Estados Unidos y en muchos países “libres y democráticos”. En abril de 2018, la Corte Suprema de Inglaterra confirmó una orden municipal del distrito de Ealing, en Londres, que prohibía vigilias provida al exterior de una clínica de aborto. En Irlanda, enero de 2019, el ministro de Sanidad, Simon Harris, anunció con beneplácito el inicio de nuevas “zonas de seguridad” para evitar la proximidad de grupos provida.
En los Estados Unidos, en plena pandemia, muchos Estados mantuvieron los “servicios” de aborto como “esenciales” y, a la vez, intentaron llevar a la Corte Suprema las “zonas de amortiguamiento” alrededor de las clínicas abortistas, pero no tuvieron éxito.
Si se aprueba la propuesta de ley española, u otras similares, los centros abortistas habrán silenciado la verdad. Ya no habrá folletos con caras de bebés o réplicas de fetos, no habrá letreros de “aborto es asesinato” o “aquí se matan niños”. Pero eso sólo ocultará la realidad, no la cambiará.
Aborto significa etimológicamente “privado de nacer”. Así que, contrariamente a la dogmática y masiva propaganda abortista, el aborto no es un asunto de la mujer, sino del niño. Es a él a quien “se priva de nacer”, no a la mujer. Es a él, totalmente inocente y vulnerable, a quien se mata cruelmente.
Entonces, ¿por qué no puede exponerse la verdad? No hay “acto médico” en el aborto porque el embarazo no es una enfermedad. En el aborto ingresan al hospital dos personas sanas, madre e hijo. Y la ciencia médica, en estos casos, se usa para trastornar la realidad, no para repararla.
¿Cuándo se prohibió antes exhibir las fotos de los condenados a muerte? ¿En qué sentido es falso mostrar un feto en tamaño real? ¿Alguien con sentido común diría que en el aborto no se mata a un niño(a)? Y, finalmente, ¿cuándo se derogó el derecho humano a decir la verdad?

 

 

Last month (June 2021) the so-called “Bill to punish harassment of women who go to abortion clinics” was presented in Spain. Their goal: to create “buffer zones” around them and thus avoid any protests or pro-life counseling, since “these organized groups approach women with photographs, toy fetuses and anti-abortion proclamations before they enter the clinic.” Prison of 3 months to a year is foreseen for “the guilty.”
Unfortunately, this type of legislation exists in the United States and in many “free and democratic” countries. In April 2018, the High Court of England upheld a municipal order in London’s Ealing district prohibiting pro-life vigils outside an abortion clinic. In Ireland, January 2019, Health Minister Simon Harris welcomed the launch of new “safety zones” to prevent the proximity of pro-life groups.
In the United States pandemic, many states kept abortion “services” as “essential” and at the same time tried to bring the “buffer zones” around abortion clinics to the Supreme Court, but were unsuccessful. . .
If the proposed Spanish law, or similar, is approved, the abortion centers will have silenced the truth. There will no longer be brochures with baby faces or replicas of fetuses, there will be no posters of “abortion is murder” or “here they kill children.” But that will only hide reality, it will not change it.
Abortion etymologically means “deprived of birth.” So, contrary to the dogmatic and massive propaganda of abortion, abortion is not a matter of the woman, but of the child. It is he who is “deprived of birth,” not the woman. It is he, totally innocent and vulnerable, who dies cruelly.
So why can’t the truth be exposed? There is no “medical act” in abortion because pregnancy is not a disease. In abortion, two healthy people, mother, and child, are admitted to the hospital. And medical science, in these cases, is used to alter reality, not to repair it.
When was it previously prohibited to show photos of those sentenced to death? In what sense is it false to show a fetus in real size? Would anyone with common sense say that abortion does not kill a child? And, finally, when was the human right to tell the truth repealed?