
DE MÉXICO SE DICE EN EL EXTERIOR QUE NO QUIERE NI PUEDE
¿GOBIERNA MÉXICO PARA TODOS, INCLUIDOS LOS CONNACIONALES?
Tras la irrupción del jóven Adán Cortes, en la entrega del Premio Nobel de la Paz, México volvió a ser noticia en la prensa internacional que calificó de invasiva al pertubar la entrega del máximo galardón y presea al mérito ciudadano por una cultura de la no violencia.
La interrogante mundial es más agúda, se cuestiona que: ¿si México logró aprobar sendas reformas estructurales y ha centrado la Paz como Política Pública con el lema: “Nos mueve la Paz”, se interroga del porque de forma intrusiva se filtra este joven que habla de la violencia a nombre del clamor nacional?
La respuesta se encuentra en siendo la Paz, la mayor exigencia ciudadana, el Ejecutivo deba gobernar con la ciudadanía y para la ciudadanía, no solo identificando los polígonos de inseguridad, sino a la par aliarse con las organizaciones que como Comnapaz trabajan a favor de crear una cultura de Paz, con soluciones creativas. En cambio, instrumenta la prevención del delito como eje rector de esta política pública, que evidencia al mexicano como delincuente.
Ciertamente existe un déficit en la confianza nacional que obliga al Estado a plantear la participación ciudadana como prioridad nacional porque los mexicanos sabemos que en democracia , electoralmente hay conteo de nuestros votos, sin que exista la certeza jurídica ciudadana que nuestras propuestas cuentan.
Ante este escenario es entendible la intrusiva irrupción del joven. Distinguir forma y fondo. Inadmisible la forma de simular ser un representante de los medios de comunicación, porque desacredita a la prensa mexicana. Empero, justificado el fondo; porque ante la incapacidad del Estado Mexicano de generar credibilidad entre la ciudadanía, respecto a la duda fundacional; si ¿En México se gobierna para todos, incluidos los connacionales?
En la antesala de celebrarse el Dia Internacional del Migrante, caba preguntarse: ¿porque, en ninguno de los encuentros binacionales de alto nivel México- Estados Unidos, se plantea hacer más exitosa a nuestra diáspora en los Estados Unidos.
Pertinente interrogante a dos años de ejercicio de gobierno. Parecen y son invisibles los connacionales, a pesar que su contribución remesara que es el indicador más creciente de la economía nacional, con un repunte del 8% en contraste con el mediocre 1.6% del crecimiento nacional.
Increpado por las movilizaciones del drama de Ayotzinapa, el Ejecutivo demoró seis días después de que el Presidente Obama anunciara el 20 de noviembre, las medidas ejecutivas que protege de la deportación a un amplio grupo de indocumentados pero en ningún caso tiene rango de ley. Incluso un futuro gobierno republicano podría revocarla y los beneficiados perderían el amparo.
La acción ejecutiva de Obama se trata del mayor beneficio a favor de indocumentados desde la reforma migratoria del presidente republicano Ronald Reagan, en 1986, que permitió la legalización de 3 millones de extranjeros sin papeles de estadía legal en Estados Unidos, la mayoría de ellos de origen mexicano.
No obstante, el ambiente adverso asociado a este anuncio del ala republicana refractaria a la instrumentación de estas medidas, se espera de México, más allá de una llamada telefónica, un programa de lo que hace México, para retener, contener, reinsertar y corregir la migración forzada, que acallaría muchas voces reticentes respecto que esta aprobación implicaría una nueva oleada migratoria indocumentada, porque aún prevalecen las causas que la originan.
El desencanto nacional es de tal magnitud, que el Presidente Peña Nieto, advirtió que requería de medidas históricas nunca antes hechas. El Plan del Sureste que anunció, suena más a explotación de recursos naturales, que aún programa que revierta la pobreza nacional, propicie el desarrollo e impulse la planta productiva.
Si las comunidades más pobres de México, han logrado avanzar mediante las Microfinanzas como dispensadoras de recursos de las cooperativas, es inadmisible que 33 millones de connacionales con el emprendimiento que les caracteriza, no cuenten con un programa de educación e inclusión financiera, confeccionado al perfil socio cultural y demográfico de esta población, que hay que decirlo, no es la más marginada del país. No migran los pobres, sino aquellos que pueden financiar el drama del sinuoso viaje del sueño americano.
Según el informe de la calidad de ciudadanía en México solo el 2% de la población participa en alguna organización civil, en contraste del 20% de los mexicanos en EU que se agrupan en organizaciones por temáticas puntuales; educación, empleo, derechos laborales, inversión, negocios, ciencia y tecnología, sin contar a los dreamers que como bien cito la Diputada Amalia García, más le vandria a México incorporar al programa binacional la fuerza de los 100 mil a este segmento vulnerable de estudiantes mexicanos, hijos de mexicanos indocumentados, cuyo conocimiento y habilidades laborales, impactarían en la paupérrima planta productiva nacional.
Hoy se requiere de una medida histórica, que es la de integrar a nuestros connacionales en el exterior como agentes y palancas de desarrollo, a que inviertan en cadenas de suministro, en productos mexicanos de vocación exportadora.
Hoy existe una migración mexicana mejor preparada académica y empresarialmente según lo revelan fuentes norteamericanas del Inmigration Works USA, establece que la migración mexicana ha cambiado; tiende a ser mayormente legal que ilegal dado que de los 517,000 mil mexicanos que ingresaron a Estados Unidos en 2013 como trabajadores temporales (visas H2A, H2B y HIB) 880, 000 mil lo hicieron con visas de negocio y otros 30, 000 como visitantes de intercambio, cifras que contrastan con las de 1995, cuando solo 27, 000 mil lo hicieron con visas de trabajo temporal; 256, 000 mil con visas de negocio y 5, 000 mil con visas de intercambio.
Sin embargo, el Gobierno Mexicano se obstina en la miopía de ver a todo connacional como paisano. Desde 2004, el Instituto de los Mexicanos en el Exterior, convocó a un foro titulado la diáspora mexicana retos y oportunidades en el que Rafael Fernández de Castro enfatizó que nuestro país debería aprender de la india o de filipinas, mejor organizadas y que saben ofrecer bien sus cualidades ante el exterior, desde entonces a nueve años, nuestro país no ha definido una política para empoderar y hacer más exitosa a nuestra comunidad en el Exterior.
En lugar de avanzar, retrocedemos, sin mediar explicación alguna, la Cancillería canceló en 2009 la Jornada Informativa a Comunicadores en Medios informativos en Español en Estados Unidos y Canadá creada en 2004, cuyo objetivo era “difundir la oferta del Gobierno de México para la población mexicana en el extranjero”.
¿Para quién Gobierna entonces México?, es la tesis de esta columna, porque sin ciudadanos no podemos avanzar. En la conciencia colectiva ninguna reforma legislativa por si misma ha cambiado la fisonomía del país. Que se ha hecho desde 1998 cuando se aprobó la Ley de Nacionalidad de México, que permite que las personas mexicanas cuenten con otra nacionalidad además de la mexicana, como hemos aprovechado el capital humano de nuestra fuerza laboral que además de contribuir con sus remesas al repunte de la economía nacional, y de 33 millones de connacionales de primera, segunda y tercera generación, de los cuales el 20% participa en alguna de las 1, 200 organización sin fines de lucro México-americana, chicana o latina articuladas en temáticas para el desarrollo.
Es pertinente cancelar un vaso comunicante con aliados estratregicos con los mass media y carecer de una estrategia de comunicación, es la inexplicable respuesta del gobierno mexicano al suspender una jornada informativa sin ofrecer un nuevo programa que vincule al gobierno con su diáspora.
Hoy, ante la emergencia nacional, es más urgente que nunca México precise de su principal recurso, que no es el petrolero, es el capital humano. La pregunta es ¿Queremos y podemos?