Cuando motivar se vuelve agresión
Todos deseamos hacerle ciertos cambios a quien hemos escogido como Pareja. Pero, después de algún tiempo de convivencia empezamos a notar ciertas diferencias. Y para lograr nuestra felicidad completa, nos gustaría convencerle o motivarle a que hiciera algunos ajustes en su persona, en sus modales, en sus ideas, etc. Pero ya lo hemos dicho antes: nadie puede cambiar a nadie.
En ocasiones, uno de los miembros de la Pareja quiere impulsar a su contraparte a superar algún impedimento, o cambiar algunos de sus aspectos en algo más positivo para ambos. Pero al no usar el momento correcto y las palabras adecuadas para expresarse, el intento de motivación se transforma en algo totalmente opuesto a lo esperado, creando una interminable discusión entre ambos.
Antes de intentar sugerir algún ajuste o modificación en la otra persona o la relación, es importante que se haya creado el compromiso de apoyo mutuo en todos los sentidos. Esto es lo único que fortalece y hace funcionar una relación. La motivación debe ser recíproca y mantenerse en forma constante. El conflicto surge cuando una de las partes interpreta tal apoyo como una exigencia o imposición agresiva.
Cuando se intenta llevar a la Pareja a enfrentar a una situación de cambio que le pueda resultar difícil, incómoda o desagradable, es necesario hacerlo de manera inteligente. Para ello se requiere prestar especial atención a la comunicación tanto verbal como no verbal. A veces el utilizar una actitud o frases llenas de reclamos pueden bloquear un acuerdo y provocar enfado, para concluir en violento altercado.
Tampoco se trata de evitar toda comunicación, lo que debe buscarse es no terminar en un enfrentamiento inútil. Detrás de un deseo de motivación para la superación, debe haber el intento de llegar a acuerdo Iniciar la exposición de ideas con un espíritu conciliador y adaptarse a la forma de ser de la Pareja; es decir, procurar ser empáticos y hablar en su idioma.
Sin embargo, puede ocurrir que la Pareja interprete la petición de superación como una provocadora exigencia, cuando realmente no lo es. En este caso, la comunicación debe concluir, para iniciarla posteriormente escogiendo el momento más adecuado, en donde habrá qué expresarse con las palabras precisas y mostrar las emociones correctas.
Aunque así lo parezca o lo desearan, ambos tienen formas de pensar y de sentir muy diferentes, las cuales pueden estar pobladas de inseguridades o gustos muy desiguales. Esto ha sido adquirido por miles de causas, las cuales influyen a la hora de interpretar los mensajes dando lugar a dolor y sufrimiento. Cuando se vive en forma independiente estas diferencias no son detectadas. Se van descubriendo en una relación con el tiempo y el trato continuado, ya que solo son más detectables al convivir con otra persona.
Cada día del vivir acompañados debe verse como una aventura, en donde algo nuevo habrá de presentarse, algo que posteriormente será atrayente y digno de mención. La comunicación debe servir para ir conociendo los cambios que va teniendo la Pareja y la relación, como una oportunidad para el crecimiento personal. Sin una comunicación funcional y adecuada, se pueden crear barreras y resentimientos que den lugar a la insatisfacción y las inesperadas rupturas.