
Cuando la Separación es Necesaria
Con el paso de los días, las personas no sólo cambian físicamente, también de forma de pensar y de sentir, sobre sí mismas y los demás. Van modificando su forma de entender la vida, las relaciones familiares y sobre todo las de Pareja, debido a que las circunstancias que les van sucediendo ya dejaron de ser como eran ayer. Todo se va modificando. Nada permanece.
Una Pareja que se aplica a llenar sus necesidades mutuas, podrían continuar feliz aunque las circunstancias vayan cambiando, porque han sabido adaptarse y resolver sus diferencias. Otras pueden haberse roto, porque los intereses de cada cual siguieron caminos distintos y haciendo los objetivos irreconciliables. Las relaciones de Pareja no siempre son para siempre, y llegado el momento crítico, la separación puede ser una opción.
La convivencia en Pareja se torna insostenible cuando la falta de entendimiento no encuentra solución. Han tratado de dialogar, ya han acudido a asesoría profesional. Se han prometido modificar su forma de ser y de actuar. Pero pasado el tiempo ninguno ha dado muestras de cambiar o arreglar las cosas. Cuando ya se han dado varias oportunidades, la separación terapéutica o el divorcio deben ser considerados.
Si la relación no satisface la función para la que fue iniciada, la separación debe ser una primera alternativa a tomar en cuenta. Porque se está ante una relación que no conduce a nada, que ya no funciona, y que solo está generando una gran infelicidad para ambas partes. En el caso de que se tengan hijos, la decisión debe centrarse en el bienestar de ellos.
Llegar a la conclusión final de que la relación de Pareja no marcha bien, es una experiencia muy compleja de afrontar. Acomodarse a la situación ignorando o negando lo que ocurre, es usado a veces para evitar la desesperación y confusión emocional. Pero no s recomendable ocultar la realidad, porque causaría un mayor deterioro de las personas afectadas. La ayuda profesional puede ayudar a poner las cosas en claro.
Los integrantes de una relación, primero deben tratar de ser felices en forma individual, y a continuación aprender a disfrutar de la vida en común. Si no existen los objetivos que satisfagan sus expectativas, la relación no debe prolongarse. La persona no puede obligarse a sentirse feliz y soporta a quien no le quiere. Y mucho menos creer que la resignación es la única opción que le queda.
Desde la niñez, la sociedad inculca la importancia de la familia y la necesidad de mantenerla unida. Sugiere que a cierta edad, ya todo mundo debe casarse o vivir en Pareja. Que con el tiempo se deben tener hijos, y que la separación o el divorcio les califica como personas fracasadas Parece que toda la existencia estuviera ya escrita de antemano y condicionada por la sociedad.
Sin embargo, el control de nuestra vida lo tenemos nosotros mismos a través de las decisiones que vamos tomando. Las personas que nos rodean nunca deben condicionar lo que hacemos. Son nuestros pensamientos, sentimientos y acciones los que realmente determinan nuestra forma de actuar.
Conviene evitar que se destruya nuestra capacidad para valorar quiénes somos y lo que podemos ser capaces de hacer. Iniciar una nueva vida no tiene que entenderse ni como un fracaso personal, ni como responsabilidad de una sola parte.
Sentirse culpable solo sirve para dificultar la solución. También culpar al otro(a) es asumir el papel de víctima y evitar la responsabilidad de lo que pasa. En la ruptura de Pareja no existen culpables ni fracasados, y al concluir nadie le debe nada a nadie..