Jesús siempre habla con la Verdad.
Creer en la Verdad de Jesús es el lazo que nos une.
La verdad siempre fluye naturalmente, la mentira es antinatural, es invención, la mentira es delictiva.
Cuando las emociones son sinceras, los problemas surgen con naturalidad y se resuelven naturalmente sin peligro, en cambio si existe alguna mentira, esta se multiplica, ya que se debe crear nuevas mentiras para cubrir las anteriores, y esta cadena de mentira se transforma en una bola de nieve que crece a través del tiempo, y arrastra todo a su paso, y cuando estalla lastima profundamente a todos por igual.
Mientras se habla con la verdad, las energías surgen en forma positiva, se fortalecen, se resuelven los conflictos y por último se desvanecen los peligros.
“La verdad nos llevara al mejor sitio en cualquier conversación,
El engaño nos deja en desventaja frente a nuestros semejantes.”
La mayor parte de nuestro tiempo queremos llegar a un acuerdo con otros.
Tal vez negociemos con espíritu de cooperación, pero con frecuencia quedamos frustrados.
Queremos llegar al Sí pero la respuesta que recibimos es un rotundo No.
El Líder que quiera aprender de Jesús debe saber que la negociación no es una pelea, la negociación es un debate en donde todas las partes involucradas ganan.
Lo importante es comprender que la Verdad siempre triunfa.
Muchos creen que al decir lo que piensas serán agresivos y otros suponen que al exponer sus ideas provocaran dolor, ambos están equivocados, el único camino es la Verdad
“La diferencia es saber como decir la Verdad”
Siempre nos obligamos a decidir por opciones enfrentadas:
Si ocultamos la verdad y somos “blandos”, con el fin de salvar las relaciones, terminamos cediendo en nuestra posición, y los demás creerán que no sabemos defender nuestras opiniones.
Si decimos toda la verdad y somos “duros”, ganaremos el debate según nuestro punto de vista, pero los demás creerán que somos testarudos o inflexibles y tal vez perdamos la relación.
¿Cuál es la forma apropiada de actuar?
¿Qué debemos hacer?
La respuesta la coloco Jesús en nuestro Corazón, la razón apoyada por la intuición nos llevara a tomar la decisión correcta.
Existen cinco obstáculos que debemos salvar y que nos impiden balancear estas situaciones:
1) Nuestra reacción. Los seres humanos somos máquinas de reacción. Deseamos dar golpe por golpe. En este ciclo de acción y reacción, ambas partes pierden. Un Buen Líder que quiera emular a Jesús, debe controlar sus impulsos, y si la otra persona reacciona con agresividad, debe pensar que la Verdad siempre triunfa, y quien grita es porque no tiene la Verdad del Corazón.
2) Las emociones de los otros. Muchas personas no aceptan la Verdad por miedo o falta de confianza. Si el líder expuso mal su punto de vista y los otros están convencidos de que tienen razón, podrían negarse a escuchar los motivos o razones del líder. Un Buen Líder debe analizar mucho sus ideas antes de exponerlas, tratando de ponerse en el lugar del otro para pensar como el y así exponer sus ideas como la otra persona las entendería. Los otros deben comprender lo que un Buen Líder dice para confiar en sus palabras.
3) La posición de los otros. En numerosas oportunidades el otro se atrinchera en una posición, aunque sepan que no tienen razón. Mucha gente no sabe o no quiere reconocer que cometió un error y trata de cubrir ese error cometiendo nuevos errores. En estos casos el líder debe tener bien en claro los objetivos del grupo, debe analizar el problema desde el error inicial y no desde la posición actual. No caer en la crítica fácil del error sino en tratar de buscar puntos de contacto en donde apoyarse, donde esta la Verdad. Recordemos que no es importante ganar una discusión, es preferible persuadir al otro, un buen líder no busca culpables, un buen líder busca soluciones, porque la Verdad es quien debe prevalecer.
4) El descontento de los otros. El objetivo del líder es lograr un acuerdo satisfactorio en base a la razón y la Verdad, pero puede ocurrir que al otro no le interese ese resultado. Hasta puede rechazar una idea, por mas excelente y razonable que sea, simplemente por no ser el autor de la misma. Esto ocurre normalmente con gente que desea tener la primicia, ser los dueños de la idea. En estos casos el líder debe retomar la premisa anterior, debe tener bien en claro los objetivos grupales, lo que importa es que la Verdad triunfe, no de quien es la idea.