¿Cómo saben los inversionistas que hay una recesión económica?
Aunque muchos no tengamos una definición clara de “recesión económica”, podemos “intuir” cuando ésta se hace presente, y lo que es más, vemos cómo los mercados bursátiles, que son tan vulnerables a los cambios de cualquier tipo, muestran grandes variaciones cuando aparecen siquiera posibilidades de una recesión, de inflación, o de otros aspectos como la caída en los valores inmobiliarios.
La definición “oficial” de una recesión – y como los académicos, economistas y el gobierno “reconocen” una recesión – es que “el desempeño del índice GDP -Gross Domestic Product, sea negativo por dos trimestres consecutivos”.
En términos coloquiales es cuando la producción nacional o GDP cae tanto, que no hay crecimiento o hay un crecimiento “negativo”. GDP son las siglas en inglés del Producto Interno Bruto –PIB, y es la forma predilecta de evaluar el desarrollo económico de un país. Este índice GDP o PIB mide todo lo que producen todas las compañías del país.
Si no hay producción, la economía de cualquier país se afectará severamente. Imagínate una economía familiar: si no tienes producción, no habrán ingresos y cubrir los gastos usando los ahorros o deudas te producirá “números negativos”. Como en las familias, las crisis económicas del país pueden ser paulatinas: pueden “verse venir” y ser atajadas a tiempo; o pueden ser drásticas y no dar tiempo para cambios de dirección. Si son severas o prolongadas, se dice que el país está en depresión, como en 1929, que duró 10 años.
El GDP lo calcula la Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio, conocida como BEA (Bureau of Economic Analysis). En la página de BEA puedes ver los gráficos del GDP, aunque con unos meses de retraso, puesto que como son cifras reales, toman más tiempo en recopilarse y generarse.
En 2008 se considera que vivimos una situación de alarma, por llamarla de algún modo porque según las cifras del GDP del cuarto trimestre de 2007 no se observa aún una “recesión”, porque los números no están negativos. Pero eso no quiere decir que el bolsillo de la gente no esté afectado por una crisis incipiente. Además, basta ver que el GDP en el tercer trimestre de 2007 era de +4,9% y en el cuarto trimestre el GDP de +0,6%, hay un “frenazo” en el desempeño de la producción de un trimestre a otro.
Los inversores también usan el dato del GDP como señal de qué tan lejos o cercana pudiera estar una recesión o una depresión. Los inversores comparan el GDP de un país con otro para definir si invertirán en empresas de ese lugar o en empresas de otros países (lo que en inversión se conoce como ajustar la cartera de inversión o allocation) puesto que una empresa podría desempeñarse mejor donde exista más crecimiento/GDP.
El GDP también ayuda a monitorear otro efecto del desarrollo de la economía: la inflación. Como todos los extremos son malos, un crecimiento muy acelerado trae el peligro de la inflación (un rápido aumento de los precios de productos y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores), pero ¡más adelante hablaremos de este peligro!
Si esta interrelación no es una señal de que la dinámica económica del país afecta a los mercados bursátiles, entonces viviríamos en algún mundo paralelo. La economía, esté buena o mala, impactará en la bolsa porque lo que allí se “negocia” son participaciones en las empresas que se desempeñan dentro del aparato productivo del país.
Todas las empresas (estén o no en la bolsa) tienen que comprar materias primas para hacer sus productos, contratar -o deshacerse- de personal según sus planes de producción, necesitan préstamos para expandir sus operaciones o cubrir déficit. Y si bien para finales de 2007 no se “declaraba” crisis económica, ésta ya se comienza a sentir:
Los negocios han dejado de expandirse (muchos afectados por el alza de las materias primas como la gasolina y otras materias primas importadas).
Los índices de desempleo han aumentado (y los despidos en las grandes empresas).
El mercado hipotecario está paralizado, los precios de las viviendas han caído enormemente y se ha paralizado la venta y construcción de nuevas casas.
El gobierno federal ha iniciado un cambio fiscal temporal emitiendo reintegros de impuestos (equivalente a bajar los impuestos), el llamado Estímulo Económico.
La Reserva Federal -que había parado las alzas de las tasas de interés – está haciendo recortes de las tasas interbancarias para inyectar dinero y estimular los préstamos.
¿Cómo afecta al bolsillo los cambios de la economía señalados por el GDP?
Uno de los efectos más notables en el bolsillo común son los que generan los ajustes de la Reserva Federal (el banco central) cuando observa señales de alarma en el GDP. La Reserva Federal tiene la potestad de recortar o incrementar las tasas de interés que impone a los préstamos interbancarios (los que pagan los bancos por el dinero prestado de otros bancos o de la Fed), como hizo en varias oportunidades desde febrero de 2008.
Un recorte sustancial de las tasas interbancarias hará que los intereses que la mayoría de bancos aplican a sus consumidores se moderen y esto ayudar a bajar la tasa prime y a la larga frenar los intereses cobrados en préstamos variables y líneas de crédito para casas. La Fed espera que los recortes aumenten el flujo de dinero entre los bancos, estos puedan dar más préstamos y se vea una disminución de la crisis inmobiliaria iniciada en 2007.
Otra reacción tomada con objeto de ayudar a los consumidores, es la iniciativa del gobierno federal de emitir un paquete de “estímulo económico” o un reintegro puntual de impuestos a la población. El gobierno observa el GDP y lo usa para estimar anualmente sus presupuestos (anticipando los ingresos a obtener en impuestos sobre la producción).
Estos estimados, hechos por la Oficina de Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office -CBO), se basan típicamente en que el GDP se mantenga saludable (creciendo, pero sin exageración) alrededor del 3,1%. Para el año 2007 la oficina CBO estimó un GDP del 2,2%, un 1,7% para 2008, del 2,8% para 2009 y los siguientes años hasta 2013, cuando se espera que el GDP sea del 3,1%, cifra “ideal” pues no es muy alta que cree inflación, ni muy baja que traiga recesión.
Esperemos pues que todas estas estrategias tengan los efectos positivos anticipados sobre el GDP, así como sobre otros aspectos económicos que igual influyen en el bolsillo y la bolsa y que luego tocaremos: inflación, alza del petróleo, caída del dólar, el desempleo.