
Como Escribir Un Libro
III- Los Diálogos en la Estructura de TU Libro
1- La Estructura
debe ser Creíble:
La obra debe sustentarse en hechos reales, incluida la ciencia ficción y la fantasía más increíble, por supuesto que es una realidad creada por el escritor, es lo que el autor desea y por lo tanto, para respetarse a sí mismo, debe aferrarse a ella, como si fuera la verdad absoluta. “Superman vuela, Hulk es verde, Flash se mueve a la velocidad de la luz, etc.”, todo vale si el relato se construye de forma verosímil, explicando el porqué de cada cosa. De otra forma el lector no creerá lo que está leyendo, se molestarán y simplemente dejarán de leer. La obra ha de ser consistente con todos sus planteamientos y ser honestos con ellos.
2- La Estructura debe
seguir al hilo conductor:
Muchos autores se apartan de la línea central del relato, buscando transmitir sus ideas políticas, sociales o religiosas. Para eso “fabrican” circunstancias, diálogos o encuentros ajenos al argumento, con el solo hecho de reflejar sus pensamientos. Muchos incluyen datos concretos concienzudos de análisis políticos, económicos o de cualquier otro orden, que tan solo guardan una relación tangencial con el hilo principal de la historia, que realmente le importan poco al lector, para eso ya tiene la prensa. Esto dispersa al lector, que pierde el interés, quitando protagonismo a la propia historia y a sus personajes principales. Sabemos que es un esfuerzo titánico el hecho de escribir un cuento o una novela, por eso no debemos transformarlo en un contenedor de opiniones personales.
3- Diálogos para
explicar la estructura:
Esto ocurre cuando el autor intenta que lo que ha escrito le quede claro al lector. Por supuesto esto es parte de la inseguridad sobre su trabajo, que lleva al autor novel a explicar al lector las acciones de los personajes y producen situaciones realmente curiosas. Imaginemos a Superman diciendo “me voy volando” o a Flash expresando “me voy a corriendo”… el lector siente que le faltan el respeto, porque ya sabe que esas son las “virtudes” de esos personajes. Por ejemplo Sir Arthur Conan Doyle nunca dice que Sherlock Holmes es un genio de las deducciones y un muy buen observador, eso lo deducimos los lectores por los diálogos que tienen Sherlock y Watson. Algo similar ocurre con los diálogos en las obras de Agatha Christie, las preguntas de Hércules Poirot esconden “trampas” que se develan en los análisis que luego hace el detective… recordemos que el lector es cómplice del autor, muchas veces más inteligente, por eso no quiere ser su alumno, ni tratado como infradotado.
4-Dialogos versus monólogos:
Como vimos los diálogos son una parte fundamental en la obra, cuanto más larga sea ésta, más importante se vuelven. Los personajes deben hablar entre sí, pero nunca monologar, es decir, los soliloquios, las conferencias o largas explicaciones son muy aburridos. El relato debe ser dinámico, por eso es muy importante evaluar si en una escena es necesario el diálogo. Un detalle muy importante es tener mucho cuidado en respetar la forma de hablar de cada personaje, un profesor utiliza distintas palabras a un mendigo o un joven a un anciano. Tenga cuidado con el slang y los dialectos, ya que no todos los lectores podrán interpretarlos. Debe hallar la manera para que quede claro lo que se está intentando decir. No tema utilizar “dijo” en los diálogos, esa palabra se utiliza normalmente en el 90% de las ocasiones, pero desde luego debe intercalarse con otras palabras, sobre todo cuando el personaje hace algo o lo dice de cierta forma. Otro tema de los diálogos es mostrar las emociones, no de señalarlas simplemente.
5- Diálogos versus acotaciones:
Este punto es el más extendido y más fácil detectar, ya que muchos escritores tratan de explicar los diálogos con acotaciones, complicando al lector. Hay quien utiliza guiones para las acotaciones, otros abren línea nueva y comienza con comillas, otros agregan guiones más guiones, más guiones… tratando de explicar de cualquiera forma lo inexplicable. Por ejemplo si en el capítulo anterior explicamos que el protagonista acaba de llegar de África, es redundante que en este capítulo el protagonista diga… “este sombrero lo compre en mi viaje a África del cual regrese hace dos días”.
6- Poner distancia.
El consejo es que una vez terminado un relato dejémoslo “dormir” varios días, porque cuando acabamos una historia estamos demasiado metidos en ella y somos incapaces de juzgar los diálogos con absoluta imparcialidad. Hay que darse tiempo para olvidarse y estar, al menos, una semana alejado de ella. Luego leer los diálogos y toda la historia, como lector para analizar su comprensión y valoración.
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Hasta la próxima semana…
Cesar Leo Marcus