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Chivas no logró la hazaña ante el Inter

Chivas ilusionó a su gente y a México con alcanzar un logro histórico. Un tanto de Marco Fabián igualó la serie, empató los cartones que enviaría la Final de la Copa Santander Libertadores a tiros penales, pero el Inter de Porto Alegre demostró su casta, sus blasones y calidad, y con un contundente 3-2 esta noche, 5-3 global, se apoderó de su segundo título continental.
El Rebaño mostró carácter en el primer tiempo, tuvo opciones, creó peligro y calló el Beira-Río con un golazo de Marco Fabián al minutos 43, pero en la segunda mitad el equipo mexicano fue borrado y bailado, tal como sucedió la semana pasada en el Estadio Omnilife en el juego de ida.
Los festejos del equipo brasileño tras haber obtenido su segunda Copa Libertadores se empañaron con una trifulca que aparentemente comenzaron los jugadores de Chivas y en la que Adolfo Bautista, Omar Bravo y Héctor Reynoso fueron quienes más se involucraron.
Valentina Vergara, la hija recién nacida del propietario del Chiverío, aparentemente no trajo “torta bajo el brazo”, por lo que las Chivas regresarán a México para enfrentar a los Potros del Atlante el próximo domingo como parte del Torneo Apertura 2010.
Aún no se escuchaba el silbatazo inicial de parte del colombiano Óscar Ruiz, cuando Adolfo Bautista ya había provocado la rechifla y el enojo de los más de 50 mil aficionados que se dieron cita en el Estadio Beira–Río.
Y es que el “Bofo”, tan polémico como siempre, abandonó la ceremonia de Himnos Nacionales, justo cuando se entonaba el de Brasil, ya que se le molestó porque cortaron el Himno de México.
Ya en el cotejo, Tinga fue la principal novedad de Inter de Porto Alegre, mientras que por el lado rojiblanco, lo fue Patricio Araujo, quien tomó el sitio de Edgar “Chore” Mejía.
El cuadro colorado inició el partido con gran ambición y buscando el arco de Luis Michel, pero poco a poco el Rebaño fue tranquilizando las cosas y tomando confianza con el transcurrir de los minutos.
Al minuto 9, los jugadores tapatíos se abalanzaron contra el silbante cafetalero, ya que desde sus juicios amonestó precipitadamente al zaguero Mario de Luna. Dentro del terreno de juego no existía un claro dominador, los rojos se veían peligrosos en los desdobles, y la primera opción en los arcos la realizó Indio, quien cabeceó en el área y Michel atajó sin problemas.
Cada que Adolfo Bautista tomaba el esférico, se escuchaba un impresionante abucheo, pero al nativo de Dolores, Guanajuato, le gustaba lidiar con la adversidad y pronto probó de media distancia al arquero Renán.
Los cartones amarillos seguían apareciendo en contra de Chivas, pues Marco Fabián fue amonestado, lo que complicaba aún más el panorama de José Luis Real.
Y fue el propio Fabián quien silenció por unos instantes el Beira–Río. Tras realizar una gran jugada personal, se tuvo confianza y desde los linderos del área sacó un derechazo que llevaba dirección de gol pero poco a poco se desvió y pasó rozando el travesaño.
Pero Inter también apretaba, tenía opciones aunque seguía sin ser dueño del partido. El defensor Bolivar probó con distancia considerable, pero el esférico se desvió. A esta altura del partido, la afición brasileña hacía su juego y trataba de presionar en cualquier jugada a favor de equipo.
Justo en la parte final del primer tiempo, como sucedió la semana pasada en Guadalajara, el Rebaño movió el marcador y lo hizo gracias a un golazo, de esos de antología, de Marco Fabián.
Araujo lanzó un servicio cruzado al área, en ella Bravo sirvió de cabeza a Fabián y éste, sin pensarla dos veces y ante la pegajosa marca de Indio, de media tijera batió al arquero Renán y provocó un silencio sepulcral en la torcida colorada, y el éxtasis de los pocos rojiblancos que hicieron el viaje a Brasil; el 0-1 provocaba los penales.

Para el complemento los pupilos de Celso Roth salieron más enchufados al terreno de juego y de inmediato se apoderaron del esférico. Taison y Sobis dieron los primeros avisos de peligrosidad.

El balón pasaba por los pies de los futbolistas colorados y los del Rebaño sólo esperaban y apostaban al contragolpe. El júbilo se apoderó del Beira–Río al minuto 62, cuando Rafael Sobis remató en el área chica un servicio de Kléber desde la banda izquierda y Michel no pudo cortar.

Con el 1-1 (3-2 global a favor de Inter) Roth no se guardó los cambios, mostró ambición y mandó al terreno de juego a Giuliano. Chivas estaba asfixiado por su rival, sin la pelota y dentro de su campo, pero al minuto 69 tuvo su única opción en el complemento nuevamente con Marco Fabián, quien estrelló su derechazo en la humanidad de Renán.

Al minuto 75, el sueño terminó para el Rebaño. El Guadalajara perdió el esférico en medio campo, Leandro lo tomó, enfiló al área a toda velocidad y frente al arquero tapatío no perdonó. El global ya indicaba un 4-2 a favor de los brasileños.

José Luis Real comenzó a realizar cambios tratando de encontrar respuestas en su gente de banca, pero el panorama se obscureció completamente con la expulsión al minuto 85 de Omar Arellano, quien se barrió imprudentemente sobre Andrés D´Alessandro.

La torcida brasileña ya cantaba el “Cielito Lindo” y festejaba el título, pero la fiesta tuvo la cereza en el pastel a un minuto del final, cuando Guiliano colocó el tercer tanto de la noche para su escuadra.

Justo en la última acción de la noche, el Guadalajara demostró su corazón y gallardía y colocó el 3-2 definitivo por medio de Omar Bravo, lo que sentenció el 5-3 global.

El partido terminó en bronca entre mexicanos y brasileños. Se dieron con todo y esto se debió al malestar de los rojiblancos ante la presencia y burla de un aficionado colorado. En medio de la trifulca, a Adolfo Bautista le debieron quitar una muleta con la que el jugador buscaba defenderse de los ataques de sus rivales.

Tal y como le ocurrió a Cruz Azul en la Final del 2001, Chivas se quedó a un paso de lograr una hazaña histórica para el futbol mexicano, mientras que los de Porto Alegre levantaron su segunda Copa Santander Libertadores y buscarán realizar lo hecho en el 2006, donde también se proclamaron Campeones del Mundial de Clubes.

ARBITRAJE

Regular del colombiano Óscar Ruiz, quien amonestó injustamente a Mario de Luna al minuto 9 y luego, al 44’, hizo lo mismo con Adolfo Bautista.

Dejó que en ocasiones el duelo se tornara ríspido y en la parte final perdonó a Héctor Reynoso, quien repartió puñetazos a Sobis. Sin embargo expulsó correctamente a Omar Arellano, quien pateó de fea manera a D´Alessandro.

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