Aprendiendo a comunicarse con la pareja
Cada integrante de una relación sentimental entra con ideas y expectativas muy diferentes sobre lo que significa el compromiso de vivir en pareja. La verdad es que desconocemos las expectativas que tiene la otra persona, y basamos la felicidad de la convivencia sobre meras suposiciones.
No existe forma de comprobar el grado de involucramiento, responsabilidad y cumplimiento de los acuerdos que posee la otra persona, sobre todo si nunca han sido expuestos con claridad. Entramos y nos sostenemos en una relación, por la fe que le ponemos a una fantasía que nos hemos creado.
Los conflictos pueden llegar a surgir, porque estamos midiendo el éxito de la relación con parámetros muy diferentes a los que tiene la otra persona. No somos complemento uno del otro. Podríamos tener ciertas afinidades pero no somos almas gemelas, porque hemos tenido otras experiencias familiares, diferentes vivencias emocionales, económicas y culturales, con significados diferentes sobre el concepto de relación de Pareja.
Una de las consecuencias de la falta de una comunicación profunda en la Pareja, es la tendencia a querer interpretar o adivinar el comportamiento del otro. Pero nadie tiene la bola de cristal, y en lugar de expresar de inmediato nuestras preocupaciones, las dejamos crecer en nuestra imaginación y acabamos reaccionando como si fueran reales. Posteriormente, las consecuencias negativas para el organismo que sufre este fenómeno son los malestares y luego las enfermedades de difícil diagnóstico.
Se entiende por comunicación pareja o simétrica, aquella en la que ambas partes se colocan al mismo nivel de compromisos y responsabilidades, por eso le llamamos coloquialmente a la relación: “pareja”. Se inicia la comunicación cuando uno de los miembros de la Pareja adopta la posición de aceptación sobre algún aspecto, y cede para adaptarse a los requerimientos del otro. Las parejas más saludables son aquellas en las que se crean estos momentos de ecuanimidad, y son capaces de asumir un rol complementario para respetarlos.
Una pareja que puede durar años es aquella en donde se producen conflictos y discusiones, pero se solucionan fácilmente porque ambos son capaces de ceder en forma equitativa. Un fenómeno común en la comunicación de Parejas, que genera sensación de rabia y frustración, es donde la situación se ha creado de tal manera que parece no existir ninguna una alternativa de solución. Y esto se origina porque alguno no se ha atrevido a exponer las palabras de inconformidad que necesita expresar, y entonces su Pareja considera que “no hay problemas”, lo que enrarece aún más el ambiente.
Los conflictos en la Pareja no son necesariamente una señal de que ésta ya no funciona, son los orígenes de dichos conflictos los que van a determinar la calidad y durabilidad de la relación. Las discusiones no se ganan convenciendo, porque lo que uno gana es lo que debe perder el otro. Pero en algunos conflictos ambos pueden terminar perdiendo. El mejor contendiente es aquel que evita la batalla. Convencer al otro de que todo lo que sucede es culpa suya no es muy constructivo, aunque sea gratificante para nuestro ego.