
Ansiedad, Pánico y Estres
La historia de la humanidad nos demuestra como los avances científicos han elevado el nivel de salud de las personas, agregando varios años a nuestra vida útil.
En el siglo I, una persona era adulta a los treinta años, porque a los cuarenta ya se consideraba parte de los ancianos de la ciudad, raramente la gente del pueblo vivía más de cuarenta. En la Europa del siglo X, las luchas internas y las enfermedades no permitían a las personas festejar sus cincuenta años de vida. En el pasado siglo XX la expectativa de vida en los países industrializados estaba por sobre los ochenta años y para fines de este siglo XXI la esperanza de vida sobrepasara los noventa…
Como sabemos lo importante no es llegar, sino cómo llegar, ya que a partir de cierta edad deberemos combatir grandes enemigos que nos pondrán a prueba, como la Artritis, Osteoporosis, Diabetes, Colesterol, Cardiopatías, Alzheimer y/o Cáncer, que intentarán deteriorar nuestro cuerpo.
En los últimos cien años, a partir de la revolución industrial, la gente comenzó a migrar hacia las grandes ciudades, desarrollado nuevas enfermedades, conocidas como “enfermedades emocionales”.
La ansiedad o el estrés provocan fuertes dolores en el pecho, mareos, falta de aire, que pueden confundirse con un ataque cardiaco, los ataques de ansiedad se transforman habitualmente en ataques de pánico que, con el tiempo, el organismo somatiza, transformándolos en enfermedades físicas, algunos síntomas son los cambios bruscos de temperatura corporal, en un momento tiritar de frío y al instante transpirar de calor, falta de aire que parece asfixiante, con mareos y nauseas.
Estas “nuevas enfermedades emocionales” comienzan con pequeñas ansiedades diarias, a las que no damos demasiada importancia, por supuesto que la ansiedad es parte de nuestra vida, pero como todas las cosas debe tener un límite para no llegar a transformarse en un monstruo destructor.
Un examen o test nos provoca ansiedad, comenzar un nuevo trabajo nos provoca ansiedad, ir de vacaciones nos provoca ansiedad, ir a una fiesta nos provoca ansiedad, ir al medico nos provoca ansiedad, hablar con nuestros familiares en otros países nos provoca ansiedad, una noticia mala o buena nos provoca ansiedad, una separación nos provoca ansiedad, es decir todo lo que afecte nuestras vidas o nos invite a tomar una decisión de cambio nos provoca ansiedad…
Pero, como en muchas otras cosas, el exceso hace mal, la excesiva ansiedad se transforma en estrés emocional y luego en ataque de pánico, la solución es identificar la ansiedad cuando comienza a crecer, en este caso la solución más efectiva para un problema de ansiedad o estrés es encontrar y abordar su causa, aunque esto no siempre es posible, el primer paso consiste en hacer un inventario de los factores que podrían estar ocasionando el exceso de ansiedad:
¿Piensa en algún tema en particular constantemente?
¿Existe algo especial que le esté ocasionando tristeza o euforia?
¿Qué situación le ocasiona mayor preocupación?
¿Sus pensamientos le están agregando ansiedad en estas situaciones?
En el fondo la ansiedad es un sentimiento de miedo, miedo al futuro, miedo a lo que vendrá o pasara, la fuente de este desasosiego no siempre se sabe o se reconoce, lo cual se puede añadir a la angustia que se siente, esto puede provenir de cualquier situación o pensamiento que haga sentir a la persona frustrada, furiosa o expectante, debemos tener en cuenta cada uno tenemos nuestra propia fuente de ansiedad, lo que le provoca ansiedad a una persona no necesariamente es estresante para otra.
Pero, como dijimos, la ansiedad es una parte normal de la vida de toda persona y en bajos niveles es algo bueno, ya que motiva y puede ayudar a las personas a ser más productivas, sin embargo, el exceso de ansiedad o una respuesta fuerte al estrés es dañina, esto puede predisponer a enfermedades físicas y psicológicas específicas como infección, enfermedad cardiaca o depresión, la ansiedad persistente e inexorable a menudo lleva a que se presente estrés y comportamientos nocivos como comer demasiado o consumir alcohol o drogas.
En algunos casos la glándula suprarrenal (ferrocromo-cetona) puede ser la causante, con una sobreproducción de hormonas, porque estas son las responsables provocar ansiedad, incluso ciertos productos de consumo habitual, pueden llevar a los síntomas de ansiedad, tales como cafeína, alcohol, nicotina, medicamentos para el resfriado o la tiroides, descongestionantes, broncodilatadores para el asma, antidepresivos tricíclicos, cocaína, anfetaminas y pastillas para dietas, entre otros.