¿Alguna vez tuviste sueños?

¿Alguna vez tuviste sueños?

Quiero comenzar e escribir
haciéndote una pregunta…
¿Alguna vez
tuviste sueños?
Creo que si no me equivoco, la mayoría de nosotros por no decir todos nosotros, alguna vez tuvimos sueños, o deseábamos llegar hacer alguien o algo, como  bomberos, maestros, músicos, astronautas, empresarios, científicos o veterinarios,  en fin cada uno de nosotros soñaba con ser alguien o convertirse en alguien, ¿lo recuerdas?, ahora déjame hacerte otra pregunta, ¿te convertiste en ese alguien  o lograste realizar tus sueños?, ¿tal vez  lo has olvidado o simplemente ya no lo recuerdas?
Parece que el diario acontecer y la rutina, asociado a todos los problemas y eventualidades diarias van acabando con lo que alguna vez queríamos ser o lograr.
Ahora bien, ¿qué pasa entonces con nuestras vidas cuando no cumplimos lo que queríamos? ¿Te frustras?, creo que cada día la mayoría de las personas caen  en un conformismo, en una rutina que poco a poco nos vuelve más distantes de nuestras metas, sueños o deseos, es decir nos alejamos de nuestra historia personal y nos acercamos a vivir la de otros.  José Ingenieros en su célebre libro “El hombre mediocre” dice: “la rutina es el hábito  de renunciar a pensar”, y creo que no solamente eso, además  la rutina también es el hábito de renunciar a tener sueños. El tiempo pasa de una forma tan rápida que cuando menos imaginamos ya hemos perdido media vida en realizar cosas y actividades totalmente alejadas de nuestro propósito de vida , nuestra única responsabilidad con nosotros mismos es hacer lo que nos hace felices, y es totalmente incoherente hacer algo que odiamos solo por darle el nombre de ir al trabajo. Recientes estudios realizados por el Instituto Superior de Rendimiento KENEXA, revela que solo el  16 por ciento de los empleados tiene el trabajo de sus sueños, y permanecen en un trabajo solo porque les permite pagar deudas y sobrevivir. La mayoría de las personas que no cumplieron sus sueños o propósitos tiene un gran número de escusas muy típicas, como argumentar que tuvieron que casarse y mantener una familia, y que el trabajar para lograr sus sueños paso a un tercer plano.
Si comenzáramos a recordar todo lo que de niños queríamos lograr, posiblemente nos demos cuenta de que aquellos sueños que nos mantenían vivo, ahora solo son un recuerdo, y que necesitaríamos volver a creer en nosotros mismos para salir a luchar por  lo que nos apasiona, ¿Tiene algún sentido renunciar a ti mismo? ¿Tiene algún sentido despertar cada mañana sin un motivo para ir a ese trabajo que no te causa ninguna satisfacción?

Share