Al Final de tus Días

A cada uno de nosotros, estemos preparados o no, nos llegara el final.
Ya no habrá más amaneceres, ni minutos, ni horas, o días.
Todas esas cosas que acumulaste y que te fueron tan preciadas, se olvidarán en el tiempo, y pasarán a ser propiedad de alguien más.
Tu riqueza, tu fama, o poder temporal, con los días se volverán insignificantes.
Ya no importará lo que poseas o adeudes, ni tus rencores, tus resentimientos, tus frustraciones o recelos, porque finalmente habrán desaparecido.
También tus esperanzas, ambiciones, placeres y compromisos, se borrarán.
Las victorias y fracasos que alguna vez te parecieron importantes, se desvanecerán.
Ya no importarán tus orígenes, o qué tan fácil o difícil hayas vivido tu vida.
No importará si tuviste belleza o inteligencia, tampoco tu género o color de piel,
porque para ese entonces, ya habrán dejado de ser relevantes.
¿Entonces, qué será lo importará? ¿Cómo será medido el valor de tus días?
Lo que realmente importará no será lo que compraste, sino lo que construiste.
Tampoco lo que obtuviste, sino lo que diste a manos llenas.
Importantes no serán tus éxitos, sino su significado.
No será aquello que aprendiste, sino lo mucho que enseñaste.
Lo que importará será todo acto de compasión que demostraste.
Será tu integridad, el valor y sacrificio que haya enriquecido la vida de los demás.
Solo perdurará, aquello que haya alentado a otros a seguir tu ejemplo.
Lo que importará, no serán tus logros, sino el carácter que demostraste.
Tampoco la gente que conociste, sino cuanta sintió tu partida como una gran pérdida.
No importarán tus recuerdos, sino lo que recuerden de ti aquellos que te amaron.
Tu vida solo habrá tenido valor, no debido a tus circunstancias, sino a los resultados de las pequeñas o grandes decisiones que tomaste.

Anónimo

Share