A comer con los dedos
El proceso de infantilización de la cocina sigue adelante, y esto de debe a que es más fácil eliminar cualquier cosa que cueste trabajo hacer que enseñar a hacerla correctamente. Por eso ahora lo de hoy es comer con los dedos.
Una tendencia
Del mismo modo que muchos diseñadores no parecen haber ido más allá de lo que hacen los niños y las niñas que se la pasan “diseñando” vestiditos, muchos cocineros de vanguardia siguen instalados en una infancia feliz que les lleva a inventar platos y desechar todo lo que cueste algún trabajo.
A lo largo de la historia ha costado mucho trabajo conseguir una cierta etiqueta en la mesa, pero ahora lo que llega es la moda de comer con los dedos, debido al arribo de ciertos “creadores” que nos dicen que su cocina está hecha para comerla sin ayuda de ningún cubierto. Pero el problema principal se encuentra en que hay muy poca gente que sabe comer con los dedos, pues esto también tiene sus reglas.
Hay cosas que se comen naturalmente con los dedos, como los mariscos cocidos, las chuletas de cordero, o los muslitos y alas de aves. Hoy es de lo más normal que en los buenos restaurantes, cuando le sirven a uno pollo asado o mariscos cocidos, le pongan al lado un lavamanos, es algo de lo más común.
Lo curioso es que todavía hay quienes defienden que no hay otra manera correcta de comer los espárragos que hacerlo con la mano. Si los espárragos están cubiertos de salsa, tendrás que olvidar la idea de comerlos con la mano por obvias razones. Y si la salsa -una mayonesa, por ejemplo- está a un lado del plato… pues de igual manera, al menos que quieras mancharte y hacer un gran caos en la mesa.
Anteriormente la gente elegante comía los espárragos con la mano. Los tomaba por el extremo opuesto a la yema, e iba comiéndolos de arriba abajo. Al llegar a cierto punto, justo donde el tallo empezaba a ser más leñoso, lo que se hacía literalmente, era chupar el espárrago, para finalmente, dejar en el plato el extremo más duro del mismo.
Lo mismo con las alcachofas
Hoy nadie sirve espárragos enteros. De hecho se elimina la parte dura antes de cocerlo, de modo que cuando estos llegan a la mesa se comen, no se chupan. Incluso se comen con ayuda de los cubiertos correspondientes, que suelen ser un cuchillo y un tenedor; o si lo prefieres existen unas pinzas especiales para espárragos.
Es el mismo caso el de las alcachofas, antes la gente las comía con la mano, éstas llegaban a la mesa con sus hojas duras, esas que hoy eliminamos en la cocina antes de cocinarlas. Lo que se hacía era tomar hoja por hoja y como efectivamente eran demasiado duras, pues uno terminaba chupándolas, dejando de ésta manera un plato con restos de hoja de alcachofa.
Ahora nos proponen comer con los dedos. Un arte muy visto en la Edad Media, en el Renacimiento, ese arte tenía sus propias reglas, algunas de ellas era no usar más que tres dedos de la mano derecha (pulgar, índice y medio). Por supuesto, para poder comer con la mano determinados alimentos era necesario que hubiera una persona encargada de trinchar esos alimentos y dividirlos en porciones manejables.
Sorprende mucho esta iniciativa de algunos cocineros, que ni siquiera pueden justificar la presencia de los distintos platos o cubiertos que se utilizan, lo que a veces crea dudas en quienes olvidan que se usan de fuera adentro… porque hoy se suele marcar cada plato del menú, y el comensal tiene delante sólo un plato y los cubiertos necesarios para ese plato.
Pero es que a estos chicos el tenedor y el cuchillo les debe de quedar grande; aún en el siglo XIX, Mesonero Romanos escribía: “Dejen a un hombre sencillo / y que no es una lumbrera / manejar a su manera / el tenedor y el cuchillo”.