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4 Tips para Recuperar el Equilibrio

Morgana De la Madrid

¿Quién no ha tenido un día etiquetado como terrible? Ya sea porqué tuviste un contratiempo en alguno de los traslados que realizaste, algo no ocurrió como lo esperabas o porque una persona con la que trabajas olvidó el pequeño detalle de que había sido contratada para resolver problemas y no para hacerlos más grandes.
Cuando estás frente a un escenario adverso, puedes tener respuestas que estén muy lejanas a tu naturaleza, como pueden ser ofender, humillar o actuar de una forma violenta, como consecuencia de no saber controlar tus emociones y aunque aprender a hacerlo es una tarea que toma tiempo debido a que se requiere de autoconocimiento, y la verdadera intención de trabajar para un cambio de actitud.
Si ya te diste cuenta de que pierdes la calma y lo transformas de inmediato en mal humor, pon en acción estas cuatro medidas sencillas que te ayudarán a encontrar el equilibrio nuevamente:

1.- Hay un término que para quienes practican yoga, les resulta muy familiar: Pranayama, que son ejercicios de respiración que contribuyen, entre otras cosas, a lograr el equilibrio emocional. Ujjayi o respiración de fuego tiene un efecto calmante, que te ayudará a serenar la mente y controlar tus emociones. Consiste en inhalar por la nariz, lenta y profundamente hasta llenar los pulmones de aire, después, exhalar lentamente por la nariz emitiendo un tenue sonido con la garganta, similar al que hacen las olas del mar. Repite este ejercicio de 5 a 10 veces y notarás como poco a poco recobras la tranquilidad.

2.- Descansa tus manos. Jan Chozen, autor del libro Cómo entrenar a un elefante salvaje, Editorial Aguilar, explica que ellas revelan el estado de paz o intranquilidad que tienes. “Cuando relajamos las manos, el resto del cuerpo e incluso la mente lo hacen también, ésta es una forma de acallar la mente y si se reposan sobre el regazo, descubrimos que podemos escuchar con más atención”. Haz este ejercicio de forma consciente, relaja tus manos y pon toda tu atención en ellas, para que apenas notes que se empiezan a tensar, trabajar en volverlas livianas.

3.- Jan Chozen, afirma que un ejercicio que es vital para dejar la molestia y la ansiedad es sentir el piso en tus pies, esto es, “sé consciente de las sensaciones en la planta del pie, por ejemplo, la presión del piso o la tierra debajo de los pies o la calidez o la frialdad”. El autor afirma que por medio de esta práctica, puedes liberar el pensamiento y centrar tu atención en una parte de tu cuerpo que está muy lejana a la cabeza, el lugar donde a menudo nos parece que está ubicado nuestro “yo”, por lo que bajar la conciencia a las plantas de los pies aclara la mente y aleja a la ansiedad.

4. Creer que eres víctima de todo lo que te ocurre y que tu papel es sólo de espectador, te convierte en alguien incapaz de tomar decisiones y de poner los puntos sobre las ies, así lo explica Neale Donald Walsch, quien escribió el libro La tormenta antes de la calma, Editorial Grijalbo: “el papel de espectador es una creencia incapacitante. Provoca literalmente que nos volvamos disfuncionales”, por lo que recomienda que hay que analizar la situación y reconocer la parte de responsabilidad que nos toca para poner manos a la obra. Tal vez no tienes culpa de que haya mucho tráfico, pero sí de que el ambiente se tense cuando agredes a otro automovilista o le niegas la oportunidad de pasar. “La buena noticia es que si somos parte del problema, también lo somos de la solución, y hay que analizar la forma en que podemos sumar”.
Los conflictos están en todas partes, pero lo que marca la diferencia es la forma en que los abordas. Lejos de dejarte arrastrar por la ira, haz tuyo cualquier elemento que te ayude a actuar con claridad y así evitar que de ti salgan acciones o palabras que dañen tu imagen y tu estabilidad emocional.

Colaboración de
Fundación Teletón México.
“La empatía: Nos hace
vivir el sentir ajeno”.
Bojorge@teleton.org.mx

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