“15 de Septiembre”

Raymundo

Marin Mendoza.

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Allí, en donde en épocas inmemorables un águila suprema devoraba una serpiente, allá, ahí fué donde centurias inolvidables sobre un altar tolteca un hombre sapiente en un nido heroico tejido por cielo y mar arrodillóse solemnemente rogando ser entibiado por celeste águila solar, águila solar que vendría implantando al fin la paradisiaca ciudad de Thule, ¡al fin, al fin rompióse el cascarón para dar a luz a aquel ataviado varón! ya, ya de preciosísimo joyel se cubre con piel serpentina, el mas exaltado Quetzalcoatl serpiente emplumada, profeta rey y sacerdote del dorado México, ciudad sagrada de Anáhuac.

Cientos de años fueron que vivieron dentro del orden de los místicos credos, cara a cara a los soles conocieron, hablaban con el aire, el agua y el fuego.

Cientos de años, cientos cientos la gloria conocieron.

Dominaban todo, todo verbo, lo mismo ordenaban a los vientos su camino, por igual domaban los profundos abismos, conocian los misterios y los destinos.

mas un dia, ¡Ay, ay! nublóse la atmósfera, y cegados los mas desobedientes bebieron la discordia, surgió la guerra y las águilas se arrastraron en la tierra.

Con nostalgia las rocas cuentan, cuentan las rocas de la pirámide de Teotihuacan que ordenó aquel mesias aztlanteca a los mancebos ocelotes de la cuenca, a los caballeros águila de las cumbres, a los sacerdotes coatls de los lagos, a las doncellas xóchitl de las piramides, a las damas citlalin de los relámpagos y a las sacerdotizas quetzal de los templos; que levantaran el fuego del corazón a lo mas alto de sus organismos con devocion, porque veía con amargura que el ejemplo tenebroso empezaba a reinar, se enceguecieron, la mentalidad mexica empezaba a sucumbir.

Pero pocos fueron los que entendieron el metafísico verbo del maestro, el gran kabir, y aún menos fueron los que se levantaron insignes, ya los que se elevaron, ya los que trascendieron fueron menos, aquellos que escalaron la pirámide del sol, los que alcanzaron a tomar la razón, los que atrapó la mano de Tonatiu en el vuelo escasos, que escasos fueron, los fornicarios, los avariciosos, los iracundos, los multiples varios se petrificaron viendo como se oscurecia el cielo ya que morirían, lentamente, horriblemente como Adan y Eva desterrados del eterno, los nuestros, los mexicas en muerte viviente atormentados serían en un asqueroso infierno.

Pasaron en guerras antes de este genocidio, como nubes en ciclón cientos de años, pero ni con rayos, ni relámpagos se borrarían del nuestro señor Quetzalcoatl sus designios.

Después de milenios un joven nombrado Moctezuma… por noble, sabio, e inteligente, obtuvo el reinado éste guerrero valiente, conquistó pueblos y pueblos él, el mas admirado.

Mas fué un tristre monarca, ya que como jerarca y sacerdote sabía que en su reinado; caerían aquellos castigos del evo sobre el lomo de nuestro continente guerrero americano, sabía que vendrían criminales humanoides igual que buitres, hienas y zorros sacados de las carceles, pero el monarca amado se hubiera muerto de dolor en sus pirámides.

si hubiera presentido la apocalíptica realidad, de que vendrían por el mar o por el este los monstruos soltados del fango del averno por el oro, por el poder, cueste lo que cueste.

¡Oh, pueblo de Israel, bendito tú que tuviste un guía, para ser salvado de las diez epidemias! gracias a la protección del iluminado celeste Moises y bajo su guía oceanos cruzarías.

Mas tú amado pueblo de Anáhuac, huerfano sin Quetzalcoatl, sufrirías a granel calamidades sin tus guías, ya entonces ausentes.

Así de la hermosa España que en aquel tiempo tenía solemnes hombres de luz como antorchas, hombres con conciencia suprema, varones poetas de Andaluz que sus corazones destilaban mistica y ciencia.

Pero oh, Huitxilopochtli! llegaba el castigo y sería atróz, esos hombres solemnes no llegarían al Anáhuac, esos dorados amigos ¡no, no! los que se allegarían de la brillante Europa, serían las hordas mas pútridas, las cuadrillas mas desquicidas, a destrozar vendrían, a destazar a todo un pueblo, a toda una raza colosal, bella cultura estelar.

Se preparaban para quemar todo un código universal. con cobardía, enfermedades y traición mandarían a todo un pueblo al panteón.

Moctezuma desistió, sabía que sucumbirían y no quiso no, mandar a toda una nación

al matadero, por ello prefirió ser tratado como un cobarde antes de dar el corazón para carnicería de su pueblo tan amado.

No obstante, Cuitláhuac arrebató el estandarte, mas con bravo corazón murió en la batalla, Cuahutémoc valeroso tomó con bélico arte la lanza, empero como águila que avasalla murió entre llamas pero sin emitir quejido, bajó de las nubes mas altas y brillantes a dar la vida por sus águilas, por su nido no obstante ya tenían escrito las pleyades que la estirpe de bronce sería pisoteada.

Sin embargo Cuautémoc caminó entre llamas lanzas y plomo fundido por ver a su raza querida libre de cadenas profanas.

fué por demás, los luceros no podían cambiar los desideratos cósmicos y vieron con lágrimas el sacrificio en vano de éste ser colosal.

lloraron amargura las nubes al presenciar como los asesinaron, con zaña y a quemarropa sin humanidad ni clemencia, cruel masacre que el cielo aún no perdona, porque muchas veces fué a traicion, en plena liturgia religiosa emboscaron a ancianos, sacerdotes, niños y mujeres, profanaron con burla los respetables cuerpos de estos hombres miticos.

¡Oh, raza de Tenoch, raza de lugares venerables nombrada místicamente Aztlán, raza forjada mas allá de éste orbe, mas allá de venus,

cerca, muy cerca del sol. Presentiste aterrada con agonía a tus héroes rodar como estatuas de yeso, rotos de sus benignos brazos mutilados del índice que saluda, que guía, que persigna y que bendice fraternos lazos, estirpe del águila sagrada, y de la sierpe sabia, mas de trecientos años la hiena tenebrosa del abismo intentó destrozarte con saña y burla …. atándote las alas con el hierro ardiente del egoísmo mas de trecientos años de pesadilla y agonía.

tres veces cientos de años que suenan eternos, como tres cinceles ardiendo en el pecho, como tres clavos ensartados con sal y veneno en el cerebro para verlo deshecho.

¡mas de trecientas veces trecientos sesenta y cinco dias azotados y de rodillas! Multiplicado por el dolor de ver mancilladas, violadas y ultrajadas a nuestras hermanas, a nuestras madres, a nuestros niñas, sin poder hacer absolutamente nada! porque era un castigo, encadenados de pies a cabeza, tres centurias en los hombros, mas de trecientos años como tres flechas en la espalda, en la garganta y en el lomo, como tres toneladas de hirviente plomo, como tres agujas traspazando las pupilas, mas de trecientos años multiplicado por tres, quemando a fuego lento el alma, mas de trecientos años multiplicado por tres que me aturden cruelmente el alma…

¡calla, calla zentzontle,

calla ya por piedad, calla!

que ya me destrozaste!

que ya mi corazón estalla!

!Quetzalcoatl, Cuitlahuac, Cuahutemoc por la gloria del Aztlan, levanten ya, ya a nuestro descuartizado pueblo de Atlantéotl¡ Iztaccihuátl, Popocatepetl, Netzahualcoyotl por alabanza de los soles, den ya la batalla, y que libre sea ya nuestro hermoso Anáhuac, Huillicamina, Tonantzin, Tláloc, que arda el poder de la luz y así despierte ya nuestra aguila.

Parece que esa fué la plegaria de los toltecas, incas, mayas y aztecas, oración solemne al cielo de Tamoanchan por nuestros abuelos esclavizados…

¡Se escuchó un estruendo… pareció que el cielo al fin escuchó, sucedió que el infinito comprendió, ¡sí, sí al fin perdonó y buscó de su luz mas brillante, atrapando de los rayos mas eléctricos, y del material mas puro, sublime y perfecto dió cuerpo a los mas grandes guerreros, como semidioses venidos del cielo directo.

Para libertar a la mística ave sagrada, para liberar al magno pueblo de Anahuac.

todo comenzo un domingo inolvidable, domingo celestial, domingo solar, domingo en que se cambiaron celestiales las cadenas por el rosal.

año mil ocho cientos diez, como mil ochos cantando coros, y salpicando luces, como angeles de oro.

mil ochocientos, como mil ochos inauditos hilvanando cuentas de un rosario a dios, fué entonces que retumbaba el cosmos y entre relámpagos detuvo su rezo el bendito cura don Miguel hidalgo y costilla, el mas amado y respetado del pueblo de dolores, éste sacerdote motivado por los valientes, ya sólo suplicaba en su rosario de flores; Independencia, igualdad, triunfo, paz libertad, caridad, hermandad y Dios todo poderoso.

mi virgen mi Guadalupe detén las lágrimas ya de ésta estirpe, que te ama con gozo.

Virgen Mi Guadalupe, repetía ilumínanos, amparanos y haznos salir triunfantes… mi virgencita, mi guadalupita; cuidanos sálvanos, y hasnos salir avantes.

fué cuando el cosmos retumbaba y entre sus relámpagos detuvo su oración el místico anciano Don Miguel Hidalgo y Costilla, ferviente pero heróico, hombre aunque mítico.

y como un arcangel con espada, escoltado por heróicos, con espíritu de acero subió al campanario como a la alborada, como escalando el mismo cielo,

fué que ahí hizo repicar las campanas de bronce con la mano en el alma, con el alma en el entrecejo…

y dicen los que vieron, que veían espadas,

Que esa madrugada del dieciseis de septiembre, dicen los que presenciaron, que vieron con arrojo en la oscuridad abrirse como el mar rojo el infinito, y que presintieron en sus pechos que Netzahualcoyotl, Iztaccíhuatl, Huilicamina y Popocatépetl tomaron cuerpo, Que esa madrugada del dieciseis de septiembre dejenme contarles, yo no sé si sea cierto, pero sostienen los que presenciaron, que vieron en la oscuridad aparecer el Aztlán, y que en sus pechos presintieron que Cuahutémoc, Cuitláhuac y Tenoch sobre Teotihuacandescendieron, tomando entre ellos materia, todo esto sucedió cuando el valerosísimo heróico y paterno cura señor don Miguel Hidalgo y Costilla daba el grito de independencia en el pueblo de Dololores Hidalgo.

decretando la libertad para el pueblo esclavizado, esa noche se alumbró el Tepoztlán, no digo esto por decirles algo sino que así me lo contaron, dejenme decirles que las huestes toltecas con su corazón de oro pelearon contra el tirano, como voy a mentirles, que el águila ya iluminada doblegó al fin al buitre.

Por ello nuestros martires ofrendaron su vida, así nuestros guerreros honraron a México, instalando el arcangel de la independencia en el centro del corazón de Anáhuac bendecida.

hermano mexica, tu sangre destila fuerza, amistad, trabajo y tezón. hermanos nativoamericanos, raza valiente con corazón de águila.

hoy por eso y con justa razón damas y caballeros de la raza de Venus. damas y caballeros latinoamericanos. levantemos con fuego el corazón. levantemos levantemos levantemos.

Quitemonos en este momento el sombrero y con todo respeto pongámonos de pie, que hoy celebrando estamos un aniversario mas del grito de independencia con fé, grito de lucha y libertad, así pues que Agradecidos estamos hoy y siempre a nuestros héroes libertadores que los llevamos en el altar de nuestros corazones…

Gracias a al cura Don Miguel Hidalgo y Costilla, Allende, señora Doña Josefa Ortíz de Dominguez, Juan Antonio Riaño, Aldama, Ignacio López Rayón, José Maria Liceaga, Jimenez, Abasolo, Rafael Iriarte, Santa Maria, Generalísimo; Jose Maria Morelos y Pavón, Nicolas Bravo, Leonardo Bravo, Vicente Guerrero, General Mariano Matamoros, Pedro Moreno, Ramon Rayón, Manuel Mier y Teran, Pedro Ascencio, Marcos Castellanos, Juan Antonio Torres, Guadalupe Victoria, Francisco Javier Mina

Y a los nuestros héroes anónimos, los cuales fueron mas de trecientos mil de los que la historia no registró sus nombres para guardarselos con amor para sí.

¡Mexicanos, Viva el Valle de Coachella!!!

¡vivan los trabajadores del campo!

¡vivan los héroes, que nos devolvieron

nuestra aguilezca patria!

¡viva nuestra bandera tolteca tricolor!

¡viva la igualdad de derechos!

¡viva la libertad!

¡viva la justicia!

¡viva Nuestra Virgen de Guadalupe!

¡Nuestra virgen de guadalupe viva!

¡hermanos de la raza de bronce

y de espíritu de oro;

¡viva la independencia!

hermanos aztecas ;

¡viva mexico!

¡viva mexico!

¡viva mexico! …

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